Cautelosa y misteriosa, se escondía dentro de los maleteros, tapada con mascarillas y bajo las mantas. Desde que la revista Lecturas publicaba las fotografías de la supuesta noche de amor entre Genoveva Casanova y Federico de Dinamarca, la mexicana ha hecho bomba de humo. No salía de casa, no quería dar la cara, como mucho se refugiaba en brazos de su exmarido Cayetano Martínez de Irujo. Después de meses en silencio, mientras la corona danesa vivía el matrimonio feliz de Federico, ella firmaba su contrato con El Desafío, y el rodaje del programa la dejaba sin escapatoria: tenía que enfrentarse a la prensa. Pero bien, como era de esperar, no hubo forma que respondiera ni una pregunta, ni siquiera, pudieron grabarla, se tapaba con una toalla, marchándose a toda prisa cabe dentro del plató. Un misterio.
Genoveva Casanova se convertía en el rostro más buscado de la prensa del corazón y, después de esta repentina aparición, volvíamos a perderle el rastro, estaba desaparecida en combate. Irónico, no quiere saber nada de la prensa ni quiere pagar las consecuencias de la fama, pero firmaba el contrato del concurso de Antena 3 sin pensárselo demasiado. Ya lo dice la expresión catalana, la pela es la pela. Hacía unos días que sus alborotos volvían a estar en calma, las portadas no la nombraban y parecía que los focos no la perseguían, pero hoy, saltaba de nuevo su nombre en la pantalla. Espejo Público, avanzaba en exclusiva la queja de una vecina sobre una socialité que paseaba el perro por la urbanización privada y, además, no recogía los excrementos de la mascota. Pues sí, esta celebritie es ni más ni menos que la mexicana. Muy fuerte.
El magacín de mañanas de Antena 3 esperaba hasta el final del programa para revelar la incógnita que presentaban sobre la grave queja de una vecina. Pero nadie se esperaba que estuvieran hablando de la delicada Genoveva Casanova. El testigo de una mujer que también tiene su vivienda en Pozuelo de Alarcón, aseguraba que veía cómo Genoveva sacaba a pasear su perro, cosa que está totalmente prohibida y que, además, no recogía los excrementos que iba dejando en los sitios comunes. "Mira, te cuento, yo ya la he pillado tres veces paseando el perro en la urbanización y dejando las cacas en los sitios comunes, que es donde juegan los niños." explicaba en primicia la testigo. Según detallaba más adelante la colaboradora Gema López, resulta que la mexicana pasea el perro dentro de la urbanización porque no quiere ser fotografiada por la prensa, por eso decide sacarlo por la zona comunitaria de sus vecinos.
El asunto no queda aquí, el escándalo va más allá cuando los vecinos aseguran que le habrían llamado la atención un par de veces y en todos ellos se habría negado rotundamente. Genoveva Casanova saca el perro y deja que se cague y haga pipí por las zonas comunitarias de la urbanización, en los lugares donde los niños pequeños juegan y donde el resto de habitantes hacen ocio y recreo. Un ejemplo a seguir. Su obsesión para mantenerse alejada de los focos es tan grande, que ha dejado caer totalmente su elegancia con este hábito asqueroso. La comunidad de vecinos y vecinas está harta, por eso le han plantado cara (de forma anónima) y lo han condenado de forma pública. Y con razón, cuando menos, que uno de los personajes más buscados y deseados por la prensa no respete las normas de convivencia, deja mucho para desear y es más, regala mucho jugo a todos los portales del corazón.
Genoveva Casanova quiere pasar desapercibida, sin embargo, querida, con noticias y testigos como estos, solo haces que retroalimentar más las portadas que tanto odias.