La vida de Georgina Rodríguez parece estar llena de glamour, lujo y éxito. Con la reciente tercera temporada de su docu-reality en Netflix, ‘Soy Georgina’, la de Jaca ha vuelto a ser el centro de atención. Sin embargo, detrás de su impecable fachada, existe una historia menos brillante que ha sido cuidadosamente ocultada: el cierre silencioso de su marca de ropa OM by G, un proyecto que fracasó estrepitosamente y que la influencer parece empeñada en borrar de la memoria colectiva.
El pasado 18 de septiembre de 2024, la tercera temporada de ‘Soy Georgina’ se estrenó en Netflix con gran expectación. En su primer día, ya se posicionaba como uno de los contenidos más vistos en España y Portugal, logrando captar la atención del público y sumando millones de visualizaciones. Pero, a pesar de los buenos números iniciales, la crítica no ha sido tan benévola. Muchos consideran que el reality, más que una ventana a la vida de Georgina, es un catálogo de lujos y superficialidad.
Jorge Javier Vázquez, conocido presentador y columnista, no dudó en señalar lo que para él es una “obscenidad” de derroche y ostentación, describiendo la serie como “un catálogo. Caro. Ordinario, vulgar y hasta obsceno” y criticando la falta de autocrítica de Rodríguez. Para él, ‘Soy Georgina’ es más una plataforma para vender su imagen que un verdadero reality. Y es precisamente esa imagen la que Georgina parece querer proteger a toda costa, incluso tapando sus fracasos más evidentes.
OM by G: la marca que nunca despegó
Pocos recuerdan ya la marca OM by G, lanzada por Georgina Rodríguez en 2021, en pleno auge de la pandemia por Covid-19. La colección de ropa, que constaba de solo dos piezas de chándal, prometía revolucionar el estilo comfy. Los precios, nada accesibles para el público común, eran de 108,95 euros por cada artículo. Sin embargo, lo que comenzó como una promesa de éxito se fue desinflando rápidamente.
A pesar de que las prendas en stock se vendieron en un tiempo relativamente corto, fuentes cercanas aseguran que los precios se rebajaron considerablemente antes de que la marca desapareciera por completo. Según revelaciones exclusivas, el chándal de OM by G “era mediocre en términos de diseño”, y su lanzamiento parecía estar condenado desde el principio. ¿Cómo una figura tan asociada al lujo y la exclusividad pudo lanzar un producto tan banal y sin visión de continuidad? Lo más sorprendente es cómo la pareja de Cristiano Ronaldo ha hecho todo lo posible por ocultar el fracaso. Las redes sociales de la marca desaparecieron, al igual que la página web. Además, en el reality, no hay mención alguna a OM by G, como si nunca hubiera existido.
El éxito de ‘Soy Georgina’, ¿una cortina de humo?
La llegada de ‘Soy Georgina’ a Netflix parece haber sido la excusa perfecta para sepultar definitivamente este tropiezo empresarial. El equipo de Georgina Rodríguez ha decidido enfocarse en construir una imagen de éxito inquebrantable, algo que ha resultado efectivo a ojos de sus seguidores, pero que esconde la realidad de que incluso las figuras más destacadas no son inmunes a los fracasos.