Gerard Piqué es un símbolo de Barcelona. No hay ningún otro VIP más asociado a la ciudad. Lo podemos ver en su despacho del Turó Park, en Bori y Fontestà/Beethoven, a su tríplex de lujo, de Muntaner/Plaça Adrià, o de compras en el Paseo de Gracia. Y también de fiesta. El chico de la Bonanova, nació en el Upper Diagonal, ha frecuentado durante épocas la zona pija de bares y discotecas en la calle Tuset, a 5 minutos a pie de su casa. Parecía que la vida familiar con Shakira lo había apartado de la noche. Nada más lejos de la realidad: se enamoró de la camarera de un bar de copas de Tuset, Clara Chía. Ella ya sabe de noche todos los gatos son pardos. Piqué es el más guapo, el más rico y el más atrevido de la discoteca. Y este martes ha vuelto. Ha bajado del Upper pero poco, en una célebre sala de Rosselló/Balmes, antes conocida como Nick Havanna y ahora llamada Twenties Barcelona. Piqué gritando con el micro del disc-jockey la frase mágica "Chupitos de tequila para todos" invitando a toda la discoteca en pleno. Parece el hombre más poderoso de la ciudad:
Era la fiesta posterior a la Gala de los Premios Corona que se ha inventado el presidente de la King's League. Convenció al Mago Pop para hacer la Gala en su teatro, el Victoria, donde accedieron VIPS como Estopa, Rafa Márquez, Stay Homas o Miki Núñez. Fue mejor la fiesta en la discoteca, con Piqué elgantísimo de total black con un cubata en la mano e invitando a alcohol de alta graduación a toda la discoteca. Parecía el personaje de Bruno Oro pero en lugar de gin-tonic, tequila. Si no es el pijo catalán más paradigmático de la ciudad, se le acerca.
Gerard Piqué no descansa, a pesar de la resaca. Al día siguiente de la fiesta del martes por la noche, Kosmos ha pagado una lona enorme en el centro de Madrid promocionando las camisetas de su liga y riéndose de los que decían desde la capital de España que el negocio de Piqué era una mera moda. La lona dice "Dijeron que éramos pura moda. Tenían razón". Piqué remata la patada al madridismo sociológico con un tuit donde escribe "El arte de la doma clásica". Así los atormenta Piqué: adiestrando madridistas, madrileños y fachas como Javier Tebas:
Solo alguien que es pijo o conoce mucho a los pijos utilizaría este símil de la doma clásica, una categoría de la equitación donde el jinete hace obedecer al caballo. Como Piqué adiestrando el caballo Madrid. Piqué sigue siendo la viva imagen del éxito. Y eso es lo que atrae y aleja a partes iguales, según si quien lo mira vive acomplejado o no.