"Gran Hermano VIP" no sigue con muy buen pie. Después de tres abandonos, dos expulsiones disciplinarias y el peso de un premio que cada vez pierde más valor. El formato no remonta y una vez más, han enfadado a los espectadores. Ni con la nueva incorporación de Naomi (ex concursante de "La Isla de las tentaciones") ni con la pesadez de Jose Antonio Avilés consiguieron despertar el furor entre los fanáticos. Al contrario, la convivencia se encendió tanto en esas cuatro paredes que provocó un gran enfrentamiento. Àlex Cannigia -El Mandy- y Gustavo, quien tan solo quería tomar el papel de mediador en toda esta historia, protagonizaron una disputa merecedora de una expulsión inmediata. O por lo menos eso dijo la organización del programa, ya que decidieron no emitir las imágenes por la gravedad de los actos. Los dos salieron perjudicados y punto. ¿Pero desde cuándo existe algún tipo de censura en un programa donde hemos visto todo tipo de broncas y sermones? Cuesta de creer.

 

La repesca siempre genera un ápice de esperanza y novedad por parte de los espectadores. Muchos de ellos ilusionados por poder revivir a l'argentino en la cas de Guadalix. Hasta el día de la gala no quedó muy claro si los dos eliminados podrían optar o no a esta segunda oportunidad. El programa jugaba a la confusión, era todo muy ambiguo. Una auténtica estafa para la mayoría de seguidores que, aún no comprenden cuál fue el motivo de su expulsión

La gala de ayer quedó de la siguiente manera. Albert Infante y sus gritos habituales -con un pequeño descuido incluido- volvieron a entrar en la casa como primer finalista de la repesca, y el equipo de Carmen Alcayde, Infante y Laura Bozzo volvía a estar unido. Con Infante, también quedan como seleccionados Luitingo y Pilar Llori una peculiar expareja, de una relación de pocos días en la casa. Por último, el adiós de Avilés entre gritos y peleas por una entrevista final, que no sea aguantaba por ningún lado. Parece que esta fue la única alegría entre los espectadores.

 

Una edición llena de indecisiones. Ahora nuevas incorporaciones, pero se echan a otro s dos y nuevas caras conductoras que no acaban desencajar con la esencia del formato. Misterios sin resolver y resultados de audiencias muy pésimos a los que estaban acostumbrados. La cadena se desmonta por momentos y parece que no hay quien lo arregla. Mientras tanto la competencia avanza y otros optan por diferentes caminos televisivos. Telecinco, espabila. Quién ríe último, ríe mejor y más fuerte.