La soledad y el aburrimiento pasa factura, especialmente cuando eres joven, poco experimentado y fogoso. Y ahora que en 'GH VIP' la intensidad de los enfrentamientos ha bajado un par de grados con la expulsión de Hugo Castejón, 'la salsa' de todas las disputas del programa, parece que algunos concursantes tienen que encontrar pasatiempos que les mantengan ocupados. Actividades que 'ocupan' (nunca mejor dicho) su tiempo, sus pensamientos y su deseo sexual. Un tres en uno, vaya. Estamos hablando de actividades íntimas y unipersonales, que se llevan a cabo en los lavabos de la casa de Guadalix. Sí, es lo que están pensando. Hay cien millones de eufemismos para explicar lo que hizo Gianmarco Onestini, un joven italiano que participa en el reality de Telecinco y que es el típico 'galán' desconocido de la edición. El chico, guapete y musculoso, sólo participa cuando las conversaciones giran en torno al "qué bueno está" o "¿a ti quién te gusta?". El resto parece no ir con él. Ni siquiera cuando le necesitan para obtener recompensas conjuntas. Tiene suficiente con las estricamente personal.

Gianmarco Onestini GH VIP Telecinco

Gianmarco Onestini Kiko Jimenez GH VIP Telecinco

Gianmarco tenía una misión sencilla: Mirar una pantalla y apuntar unos números. Era el funcionamiento de la prueba propuesta por el programa, con la que los participantes obtendrían una merienda extra. Un premio que no consiguieron, ya que el italiano abandonó su guardia para visitar el lavabo. Una visita demasiado larga. Y según el resto de la casa, de la que salían ruidos extraños. Tan extraños como delatores. No era un dolor de barriga. Eso ñlo tuvieron después, al quedarse sin comida. Lo que allí pasaba lo dijo (mal) Kiko Jiménez, correctamente enmendado por Irene Junquera: "Tu paja nos ha costado una merienda".

Gianmarco Onestini @gianmarco.onestini

"¿Qué haces tanto tiempo allí dentro?", le preguntaban con sorna. Onestini, que ha participado en las ediciones italianas del formato, se está haciendo un máster acelerado del talante español: "¿Qué interés hay en lo que yo haga en el baño?". La respuesta no la olvidará con facilidad. Al menos hasta que la naturaleza vuelva a 'llamar' a su puerta. La del lavabo, concretamente.