La fama y las redes sociales son un arma muy peligrosa en manos equivocadas. Victoria Federica es el ejemplo paradigmático, pero hay muchos más influencers VIPS y nefastos. Por ejemplo, el caso de Gloria Camila Ortega Mohedano, hija de la difunta Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano. La colombiana tiene 840.000 seguidores en Instagram con los que comparte estilismos, looks, recuerdos familiares y fragmentos de su intimidad. Algunos de ellos mejor que se los hubiera ahorrado, porque provocan repulsión, asco y mucha vergüenza ajena. Se ha retratado como una clasista impresentable y ofensiva, y lo que es peor: cuando se ha dado cuenta de su 'cagada', el remedio ha sido penoso. Se ha lucido.

La joven hermana de Rociíto, con la que mantiene una guerra familiar archiconocida, tiene varios perros en casa. Preciosos, muy bonitos, los animales están muy bien cuidados. Fetén. Ahora bien, podría tener el mismo respeto por los animales bípedos que trabajan en su casa. Empleadas del hogar que tienen que ir recogiéndole las cacas cuando va a pasear a los perros al parque. Literal. Se ve que no se puede agachar para retirar los excrementos caninos, no fuera que le cogiera lumbalgia o se le estropeara la manicura. La fortuna heredada y sus pinitos como actriz y estrella virtual le permiten pagar a una persona para hacer el trabajo sucio. Lo que no está pagado, sin embargo, es que humille al servicio y haga mofa en redes sociales. Aquí tienen el vídeo de la vergüenza.

Gloria Camila humillando a la trabajadora que recoge las cacas de su perro

"¿Qué tal, Marina, el tacto?" Esta es la graciosísima frase que le espeta, entre carcajadas, a la empleada que va buscando cacas entre el césped como quien busca oro. "¿Está calentita? Muy bien, Marina. Ahí tienes dos más", continúa. La señora, disciplinada, obediente y seguramente con miedo a perder el trabajo si le contesta lo que todos tenemos en la cabeza le da las gracias por la indicación. "De nada. Encantada de ayudarte". Insiste con un "Marina, ¿qué tal?" mientras la trabajadora tiene las manos llenas de bolitas color marrón y busca una papelera para depositarlas con cara de asco. Las carcajadas de Gloriacá siguen hasta que pasa a charlar con el perro, una vez más demostrando más empatía con el animal que con la persona. Olé tú, claro que sí.

La empleada humillada por Gloria Camila / Instagram

La rectificación de la hija de Ortega Cano lo empeora todo

La escena y el hecho de haberlo compartido en redes sociales como la cosa más ingeniosa e hilarante de la creación han provocado, obviamente, la cancelación de la colombiana. El maltrato es indigno, lo mires como lo mires. Consciente de su pifia borraba el material de su cuenta y compartía una imagen de la tal Marina en un restaurante. Humillada pero feliz porque la ha invitado a comer como compensación por utilizarla como bufón. Le tira un hueso, como a sus perros. Ay, chica, qué desastre. Tanto que se ha quejado de comportamientos abusivos contra ella, y mira. Angelito. Retratada.

La empleada humillada por Gloria Camila / Instagram

Influencers de mierda, con perdón.