La competencia de las teles españolas es feroz. Y la devastadora borrasca 'Gloria' añade más leña a la caldera de la lucha por la audiencia. Ahora bien, tener la mejor imagen, la más apocalíptica y que casi salpique a los espectadores es un deporte extremo. De riesgo extremo. Ya lo denunciaba un reportero de 'La Sexta' en Barcelona, advirtiendo que la pràctica no se detendría "hasta que pase un accidente". Bien, pues otro periodista, en este caso de 'Cuatro al Día', ha estado a punto de convertirse, él y su operador de cámara, en las primeras víctimas de esta profecía. El catalán Alejandro Rodríguez, desplazado estos días a Alicante y Murcia, donde el temporal ha dejado un paisaje desolador y muy peligroso.
Rodríguez conectaba desde un punto de Denia donde se grabaron imágenes espectaculares de la fuerza destructora de la borrasca. El joven informador, de espaldas a la costa, no era consciente de que estaba a punto de vivir una situación dramática, cuando una ola considerable rompía en la playa, se adentraba en tierra firme y estaba a punto de arrastrarlos y engullirlos. No pudo acabar su entradilla y el mar avanzaba amenazador. "Cuidado, cuidado". La riada, considerable, y el susto, de campeonato. "Sigue grabando", se escucha que le dice a su compañero. Afortunadamente el episodio quedó en eso, en un susto. "En esta profesión vivimos todo tipo de situaciones. Hoy ha sido la primera vez que una ola casi nos engulle en Denia", explicaba vía Twitter.
Felices por Alejandro y el cámara, sanos y salvos. Sin embargo, ¿es necesario todo esto?