Glòria Serra tiene la sana virtud de decir siempre lo que piensa y de no callarse ni una. La periodista y presentadora de Equipo de investigación, habitual tertuliana de El món a RAC1, no duda el alzar la voz cuando alguna cosa de su alrededor la saca de quicio. Tuitera compulsiva, sus casi 40 mil followers le agradecen que no se limite a difundir datos de su programa de La Sexta. La presentadora catalana suele acertar cuando baja a asuntos cotidianos. Un día se hartó de un catalanófobo que criticaba que los tuits estuvieran escritos en catalán, advirtiéndole que twitter traduce desde una pestaña cada tuit. Hace unos meses, explicaba un incidente que sufrió en su piel y que muchos ciudadanos habrán vivido en pandemia: empleados maleducados que trabajaban cara al público sin mascarilla: "Le importa un bledo", se quejaba con razón, Serra. Y ahora, ha vuelto a poner el grito en el cielo.
A menudo, los últimos tiempos, estamos asistiendo a una degradación constante de la ciudad de Barcelona y de sus lugares más emblemáticos. Muchos van desapareciendo para poner en su sitio tiendas de ropa o supermercados idénticos en Londres, Roma, Toronto o cualquier gran ciudad. El encanto de la ciudad se está perdiendo y el paisaje urbano cada vez más se parece a muchos otros lugares del planeta. Pero además, seguimos asistiendo sin que los responsables muevan un dedo, a cómo personas sin un mínimo de decencia estropean y destrozan algunos lugares icónicos e históricos de la ciudad. Como acaba de pasar, despertando la indignación de muchos ciudadanos, entre ellos, la periodista catalana. ¿Qué ha visto Glòria Serra que la ha hecho estallar de rabia, impotencia e indignación? Ver cómo han dejado un comercio lleno de encanto del chaflán de las calles Roger de Llúria y Valencia, "El querido Colmado Múrria", que, como bien dice ella, "ha sido vandalizado sin ningún respeto por sus carteles históricos". Serra se pregunta, con razón, "¿Hasta dónde llega la impunidad con los que exhiben sus trofeos en Instagram? ¿Y la venta incontrolada de esprays en tiendas de presuntos 'artistas' grafiteros"?:
Una imagen, la del mítico establecimiento de comestibles, que ha hecho estallar a muchos de sus seguidores, que, como ella, piensan igual: la degradación y la impunidad están a la orden del día:
Barcelona, ciudad sin ley... Lo que sí que hay, desgraciadamente, es un grupo de vándalos y de ineptos que no toman medidas.