Si durante toda la semana se sigue hablando del 30 minuts sobre la salud del catalán es que hay una cosa clara: el catalán sufre. Si fuera un idioma normal sería una lengua protegida por todos los poderes públicos y no habría ni programa de TV3 ni tuits ni polémicas. Pero todo el mundo opina. Uno de los polemistas habituales ha sido el tertuliano de TV3 Gonzalo Bernardos:
El economista que más patadas le da a la lengua catalana, y el campeonato es encarnizado, dice que el problema de la lengua que revela el Llenguaferits de TV3 es que el objetivo es montar una policía escolar que vigile qué lengua hablan los menores en el patio de la escuela. Eso es con lo que se quedó Bernardos. 350 mil espectadores y uno que se queda con eso. Los tuiteros le señalan el camino:
Normal que reciba (demagogo, falso filólogo, insolado, no sabes de qué hablas...) No se puede tratar la porcelana con tan poca delicadeza: niños y lenguas, material sensible. Bernardos acusa a TV3 de querer una gestapo que controle que los niños jueguen en catalán. Una infamia que tiene respuesta en twitter.