El MHP Quim Torra está en el Tribunal Supremo, que tiene que decidir si lo inhabilita por colgar una pancarta de apoyo a los presos políticos y exiliados en el balcón de la Generalitat de Catalunya. Un delito "gravísimo" por el cual España quiere laminar las instituciones del Gobierno catalán. No tan grave como subirse a un coche de la guardia civil en una manifestación multitudinaria para disolverla, pero suficiente para tener un castigo extemporáneo. Torra podría ser el tercer President de la Generalitat fulminado por el Estado consecutivamente: está claro que Madrid le ha cogido el gusto a mandar en las colonias desde la judicatura.
Torra no tiene que intervenir en el juicio, pero sí su abogado Gonzalo Boye, que a pesar de las campañas en contra (con "visitas" inesperadas a su despacho incluidas) confía en tumbar el recurso. El letrado, sin embargo, ha insistido en la falta de imparcialidad del Tribunal, de infame recuerdo para Catalunya, además de incidir en un término: desproporción. Esta palabra es, precisamente, el protagonista absoluta del contundente tuit que ha hecho antes de entrar en sede judicial. Tan sencillo como demoledor, y pensado para que se entienda por todas partes: 1 palabra, 18 idiomas. Recuerda el famoso vídeo de Samuel L. Jackson en catalán o euskera, pero sin tacos.
Si así no lo entienden, el siguiente paso sería hacerles un dibujo. Pero todos tememos que en el Supremo, el problema no son sólo las lenguas. También la ceguera y sordera interesadas.