Ahora que acabamos de tener una nueva muestra de la bilis que genera el independentismo en buena parte de las españas, ahora que el escándalo del CatalanGate ha vuelto a hacer aflorar las miserias de un estado que siempre ha tenido en el independentismo una piedra en el zapato, el tema está mostrando las miserias de unos cuantos, pensadores, políticos, medios de comunicación y defensores de las libertades que ahora, como la cosa va de esos catalanes indepes, se ponen de perfil, esconden la cabeza bajo tierra o directamente, miran hacia otro lado. O eso, o no saben a dónde mirar, que viene a ser el mismo.
Quien estos días está dejando retratado a más de uno es Gonzalo Boye. El abogado de Puigdemont, de manera contundente en este diario, escribe artículos de opinión que son como bofetadas en la cara de los hiperventilados patriotas españoles. Sin ir más lejos, el pasado viernes escribía: "Ahora que se conoce la intensidad del espionaje practicado a través de la aplicación Pegasus y cómo ello ha estado orientado a vulnerar los principales derechos de aquellos sindicados como enemigos, los independentistas catalanes, su entorno e incluso su defensa, es un buen momento para reflexionar sobre dos temas que creo son la clave de todo este criminal asunto: cuáles son los límites del nacionalismo español cuando de reprimir a las minorías nacionales se trata y de dónde ha salido todo el dinero que este delictivo espionaje ha costado. Si el derecho a la intimidad, el derecho al secreto de las comunicaciones, el secreto a la vida privada, íntima y familiar, así como, en varios casos, el derecho al secreto profesional de periodistas y abogados, con implicación directa al derecho de defensa, no son derechos respetables para un sector determinado del nacionalismo español entonces bien cabe preguntarse ¿cuáles son los derechos que realmente están dispuestos a respetar?". Pam. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Evidentemente, la cuestión del CatalanGate está provocando muchos dolores de cabeza, muchas redacciones colapsadas con redactores jefe a punto de implosionar, muchas dudas existenciales en medios de las españas, mucha angustia, para decidir qué se dice y sobre todo cómo se dice, sobre el flagrante espionaje al independentismo. Boye se ha hecho eco de tres publicaciones de tres medios españoles. El Español dice 'El CNI no ha pedido nunca permiso al juez para espionajes masivos como el del 'caso Pegasus''. El País, 'El espionaje a independentistas fue individualizado y con control judicial'. Y un tercer titular: 'Un intermediario de Pegasus facilitó un sistema de espionaje a 'las cloacas' policiales de Rajoy'. Y el abogado hace un análisis demoledor: "Noto cierto desconcierto... igual la única forma de aclarar esto es con una "investigación efectiva:
Comentario brillante de Boye que la red ha comentado ampliamente:
Un Boye que también recuerda qué ha dicho el president Puigdemont sobre esta cuestión: "Empieza a haber cacofonía en las versiones filtradas a la prensa española. Eso del espionaje masivo-individualizado debe constar en el diccionario de la novaparla, porque en el nuestro es una contradicción como una casa de campo...":