Cuando Toni Cantó va, Gonzalo Boye vuelve. El actor transformado en político cree que es irónico y sarcástico con sus comentarios, pero que lo deje estar: la improvisación no es su fuerte. Mejor que se dedique a recitar los textos que le escriben. Porque la galleta que le ha dedicado el abogado de Puigdemont es de las que suenan. Que Boye no es santo de la devoción de Cantó, es una obviedad. Pero lo que explicó el letrado de lo que le había pasado, animó al valenciano de Cs a hacerse el punzante.
Revelaba Boye que "Nos han entrado en el despacho durante la noche...todo revuelto pero no sabemos si también iban para robar mientras la empresa de alarma informó que no había “indicios de intrusión”. Si piensan que nos van a intimidar lo llevan claro. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Mi casa, mi familia o yo? #Seguimos".
Si alguien se piensa que puede intimidar a Boye con eso, va listo. Toni Cantó no le ha dejado ninguna cabeza de caballo, pero sí que le dejó un:
No fue el único tuit que escribió el político naranja. El viernes fue intenso y no dejó descansar los dedos ni un momento. Uno de los fregaos donde se metió fue hablando del pin parental, zurrando a la ministra Celaá con los términos que en él son habituales por decir que los hijos no pertenecen a los padres: "Menuda burrada acaba de decir la Ministra de Educación... 'No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres'... ¿Y a quién pertenecen? ¿Al estado? ¿Al PSOE? ¿A los nacionalistas?". La red ya le dijo de todo. Faltaba Boye, que sólo ha necesitado cuatro palabras y un recorte de prensa. Porque si Cantó sabe rebuscar en la hemeroteca, Boye también: