El abogado del MHP Quim Torra está 'on fire'. Lo demostró antes, durante y después de la sesión del juicio en el Tribunal Supremo, donde se dirime el recurso por la posible inhabilitación del President de la Generalitat. La lecciones de Gonzalo Boye son memorables, a pesar de las pocas ganas de escucharle que exhiben en el epicentro del anticatalanismo. El tándem Boye-Isabel Elbal lee la cartilla con contundencia, conocimiento y honorabilidad, y por eso no son bien vistos desde la caverna. ¿Y qué hay en esta oscura cueva? Trogloditas ultras y más de un converso muy maleducado. Uno de ellos, el nieto del fundador de la Lliga, Francesc Cambó: el exconvergente Ignasi Guardans.
Guardans es de los que ve el muro y acelera para ir al choque. Las consecuencias son siempre las mismas: se estrella. Conoce bien esta pared, se ha dejado más de un diente en episodios anteriores contra el letrado chileno. Sabe que no puede con él, pero su mala uva le juega jugarretas, y siempre vuelve a por más. La última muestra, un simulacro de ironía cutre, intentando menospreciarlo con insultos: "si estuviera en situación penal desesperada, elegiría para defenderme a un cínico, con ética limitada, capaz de inventar cualquier cosa. El derecho le importa poco". Ignasi va de serpiente venenosa, pero en manos de Boye es un pipiolo con ínfulas. Y le ha pinchado el globo con dos dardos memorables. El mejor: "el problema que tendrías es que a alguien como tú seguro que no le defendería". Un 'contigo, no bicho' de manual.
Quizás Guardans no está en una "situación penal desesperada", pero de desesperación sabe un montón. De la moral, vital y democrática.