Les confieso que Goyo Jiménez es un tipo que me cae de maravilla. Sarcástico, culto, divertido, empático, el humorista de Melilla lleva ya muchos años regalando a los espectadores su comedia en diferentes espectáculos, monólogos y apariciones televisivas. Hace muchos años que se mueve en el noble arte de hacer reír y lo hace con un estilo y una imagen muy personales. Su emblemática calva, combinada con su generosa barba y su bigote siglo XIX son marca de la casa, y sus fans agradecen siempre cualquiera de sus intervenciones en programas como El hormiguero, Y ahora Sonsoles, Órbita Laika, El club de la comedia, La hora de Jose Mota, Zapeando y tantos otros. Un Goyo Jiménez que recientemente ha estado en Barcelona, donde ha triunfado, como en todas partes.

Ahora ha estado en otro programa, un podcast, que vale mucho la pena. Invitado por dos humoristas más, Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes, catalanes, que conducen La ruina, un show maravilloso donde la clave de todo, la esencia, es explicar las miserias, los muertos en el armario que tiene todo el mundo, las situaciones incómodas, vergonzosas, tensas o, en definitiva, ruinosas, que ha vivido cada uno. Aquellas experiencias o recuerdos que nos hicieron pensar tierra trágame en algún momento de nuestras vidas. Y quien se sincera públicamente encima del escenario, en una mesa y cuatro sillas, es tanto el invitado VIP como el público asistente. Y recientemente ha pasado por allí, como decíamos, el gran Goyo Jiménez.

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Goyo Jiménez con Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes / La ruina

Si hace unos días el actor Albert Baró (Merlí) explicó una situación angustiante en Dubái después de tener un momento íntimo con una amiga en un parque acuático (los detuvieron e incluso, esposaron), atención a lo que ahora ha explicado Jiménez sobre cuál ha sido su ruina personal. Explica que participó en un acontecimiento de empresa, una reunión de empresarios y trabajadores de una marca, amenizada por él y dos cómicos más, Flipy y Eduardo Aldán.

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Flipy y Eduardo Aldán / TVE

La empresa era Ron Brugal. Un bolo que dejó al personal con los ojos como platos. Y es que especialmente Flipy tiene un humor que no deja a nadie indiferente: "Yo lo voy a definir como deep power, pero hoy en día nollegaría ni a salir, estaría cancelado de por vida", dice Goyo de su amigo. Un Flipy destroyer que no tiene filtros y que provoca incomodidad en muchos espectadores con su irreverencia verbal. "El es una máquina del fango, jauría fachoesférica. Era bastante duro el monólogo que hacía", por eso los otros dos compañeros quisieron que Flipy actuara el último. "Todo lleno de directivos y Flipy empezó a decir barbaridades como... ¿Puedo?...", pregunta antes de decirlo en público. Y Taltavull y Fuentes le dicen, evidentemente, que adelante: ""...por ejemplo, que tenía una novia manca y le había puesto velcro en los muñones y la otra parte en el pene para podéis imaginaros. O ¿soy el único que piensa que si a Terelu Campos le metes una raqueta por el culo parece un castor?".

Goyo Jiménez con Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes
Goyo Jiménez con Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes / La ruina
Flipy Paramount Comedy
Flipy / Paramount Comedy

Después de la actuación, estaban tomando un piscolabis en la barra y se acerca "una chica atractiva y pregunta: 'Hola, ¿quién escribe los guiones?', y yo, petulante, para hacerme el gracioso, dije 'Yo. Estos no tienen talento, todo lo hago yo'". Poco después, la chica se marcha y viene un señor "vestido de traje, muy serio, con aspecto de llevar varias guerras civiles ganadas, y me dijo: 'Tú, contigo quiero hablar. Me parece que eres un degenerado' y señala a Flipy y dice 'Porque te aprovechas de este pobre retrasado para que diga las barbaridades que tú no tienes valor de decir. Eres un miserable'".

Goyo Jiménez, maravilloso.