Gran Hermano ha puesto en marcha su decimoctava edición sorprendiendo a la audiencia con su puesta en escena. El lema escogido de este año ha sido "Revolution", y todo ha empezado con un escenario nunca visto: con 100 aspirantes en una nave espacial. Con un grafismo renovado y el nuevo plató lleno hasta los topes, Jorge Javier Vázquez ha iniciado una nueva entrega del reality de los realities.
A lo largo de la gala de este martes, se han escogido a los 18 concursantes finalistas, faltando dos más que se anunciarán el jueves. ¿Y cómo lo han hecho? Colocándolos en hileras, siendo señalados con una luz mística los afortunados.
La media de edad de los concursantes ha aumentado, y los perfiles son bien diversos. Con los nervios a flor de piel, todo empezaba con los 100 finalistas dentro del gran comedor de la casa de Guadalix de la Sierra (Madrid).
Yangyang Huang se convirtió en la primera escogida, una china de 30 años residente en Canarias. Separada y con dos hijos, ha entrado en la casa teniendo una relación "que no funciona muy bien" con un chico irlandés.
Y de ella, a la luz encargada de escoger a los restantes.
Entre los perfiles presentados destacan un hombre que va descalzo porque asegura no necesitar zapatos, un italiano nómada que ha hecho la vuelta al mundo, una campeona de lanzamiento de jabalina y otra de artes marciales, un bailarín de hip-hop obsesionado con ligar, una mujer aparejada con un organizador de acontecimientos 20 años más mayor que ella y una joven que se llama "la Paris Hilton española".
Gente muy diferente entre sí, pero con la posibilidad de que se formen las primeras parejas bien presente desde un comienzo:
Los dos últimos participantes serán escogidos por la audiencia el próximo jueves. De momento, se espera que el reality vuelva por la puerta grande: con peleas, besos y los primeros problemas de convivencia.
Por lo referente a la audiencia, la estrena no acabó de encajar, consiguiendo un 16,2%. Perdiendo, así, en la lucha contra la primera entrega de Masterchef, que consiguió un 18,9.