La casa de Gran Hermano VIP está más revolucionada que nunca. Ha llegado un momento en el que todos los concursantes se odian entre sí y se regañan por la tontería más insignificante. La dirección llena las mil galas semanales que hacen con vídeos de broncas, peleas y discusiones. Las faltas de respeto son una constante, así como las actitudes machistas de algunos participantes.
En vez de poner remedio, parece que el programa está sacando jugo... y la audiencia les está aplaudiendo. El debate de este domingo volvió a ser lo más visto de la franja, lo que les da alas a seguir fomentando este mal rollo. Las exparejas de Carlos Lozano, Míriam Saavedra y Mónica Hoyos están protagonizando la gran mayoría de los vídeos polémicos. De hecho, el último show lamentable que se ha visto ha tenido la primera como causante.
¿Qué ha pasado ahora? Un gesto tan tonto como Ángel Garó haya dado un trago en la leche de Verdeliss. La youtuber está embarazada, con lo que necesita seguir una dieta especial que incluye un tipo de lácticos diferentes de los del resto. El polémico comunicador no le dio importancia y bebió de su leche, lo que provocó una terrible discusión con Míriam.
La joven quiso defender a su compañera, que sólo tenía fuerzas para intentar no llorar. Todo empezaba con Garó lamentando que se haya creado tanto de alboroto por una equivocación: "Que le pongan a ella una neverita con su comida especial y ya está", proponía.
Míriam no podía entender cómo Garó había bebido la leche aunque tenía escrito claramente que era el especial de Verdeliss. Mientras que él lo acusaba de sacar las cosas de contexto: "Me parece muy fuerte que estemos discutiendo por un trago de leche en una casa de adultos". A partir de aquí, encendió la llama de Míriam: "Estoy aquí y doy mi opinión, como he hecho desde que entré. No se te puede decir nada. Eres tú quien ha empezado a gritar".
La tensión llegó a tanto que Ángel le insultó claramente: "Zorra... Siempre tienes que tener la última palabra". La descalificación fue lamentable, así como la continuación de la discusión. Míriam criticó que le tratara así, pero no impidió que Garó enloqueciera y siguiera atacándola: "Anda ya, vete a Perú. Mamarracha". Los gritos de ella impedían, casi, poder seguir escuchando los ataques. Lo que provocava un resultado denunciable.
¿Cómo acabó la cosa? Con Garó marchándose al jardín y Verdeliss llorando en el confesionario y diciendo que no entiende qué hace dentro de la casa. Una locura que parece no tenir fin.