El Gran Wyoming gustará más o menos como profesional, pero no se puede decir que no se moje. Ni como conductor de 'El Intermedio', ni como músico y showman, ni como escritor. Siempre dice lo que piensa, enfureciendo tradicionalmente a los extremos de derechas del arco ideológico español. Muy español, para más señas. José Miguel Monzón abre la boca y 'mueren gatitos' en el trifachito. Pero las muchas cosas que ha dicho en la presentación de 'La Furia y los Colores', su nuevo libro, no sólo iban dirigidas a este flanco. No, no. El que ha recibido y de lo lindo ha sido el estado español en conjunto: una maquinaria de represión antiindependentista. Es el único leitmotiv del Gobierno, no importa quién se siente en La Moncloa, ni en el Supremo, ni evidentemente, en La Zarzuela. Fuenteovejuna. Leña al mono. Del resto de graves problemas, "si eso ya tal".
Y no es que falten problemas en España. Por ejemplo, estos días hemos visto cómo sentenciaban a la cúpula del PSOE andaluz (y capos del partido a nivel nacional) a prisión e inhabilitación por el caso de los ERES y los 800 millones de euros despilfarrados en actividades de todo tipo. Ninguno de ellos por el bien común. Demoledor para el partido del Gobierno, pero leve comparado con los 100 años de prisión a independentistas catalanes: unos, los políticos, por poner urnas. Dos más, los civiles, por movilizar pacíficamente a la sociedad catalana contra la injusticia. La vara de medir amorfa del estado, que es la que ha desenmascarado Wyoming durante la presentación del libro, sofocándolos y sacándoles los colores, si es que todavía tienen. "Si fueran tan duros contra la corrupción como contra los independentistas, ya no habría corruptos". La bofetada se ha escuchado en cada rincón de la península, en cada cuenta de Twitter. Como en la del juez Elpidio Silva: "Catalunya es la cortina de humo"
Hay quien le pide a Wyoming que sea igual de contundente durante su programa cuándo habla del independentismo. Incluso que se lo explique al compañero Ferreras. Otros, que teniendo razón, justifica la represión policial. Pero lo que es indiscutible es que tanto PSOE como PP esconden sus miserias y corruptelas aplicando mano dura contra la díscola Catalunya. Nada que no supiéramos, cierto, pero expresado por alguien que puede remover conciencias. Siempre que no le corten (mediáticamente) la cabeza, claro está. Que los tentáculos de los poderes fácticos son alargados, como la sombra aquella del ciprés.