La catalana más feliz del fin de semana era Greta Fernández abrazada al premio a la mejor actriz del Festival de Donostia. Un papel hecho a su medida: hace de hija de Eduard Fernández en La hija de un ladrón. Greta, a sus 24 años, ya se ha hecho su lugar en el cine con una carrera incipiente pero coherente. Sin tener que pasar, como otros jóvenes, por la sobreexposición de los culebrones de TV, Fernández lo hace todo natural y creíble. Incluso manifestarse políticamente.
En tiempo de actores y actrices poco movidos a mojarse en el tema catalán, Fernández dijo en TV3: "Lo de los presos políticos me parece una barbaridad. Que esté en prisión me parece una vergüenza". Mientras el Goya se le resiste, los vascos lo tienen claro y la premian los primeros.
Greta Fernández no tiene pelos en la lengua cuando ve injusticias, no solo con la prisión preventiva de independentistas sino con el papelón de Albert Rivera en Vallecas saliendo por piernas piernas escarmentado. El líder de Ciudadanos fue a protestar contra los okupas pero nunca antes había ido a defender ancianas desahuciadas por fondos buitre. Greta retuitea este vídeo que humilla a Albert Rivera:
El cinismo de Rivera en un barrio marginal saliendo escoltado porque los vecinos no lo quieren. La escena vale un retuit que posicione a Greta Fernández con lo que considera justicia, a pesar de que Girauta no la considere de los suyos. Premiada, catalana y sin complejos. La hija de un ladrón se estrena el 29 de noviembre. Apuntado.