Desde su icónico papel en ‘Modern Family’ hasta su reciente incursión en la serie ‘Griselda’ de Netflix, Sofía Vergara ha dejado una marca indeleble en la industria del entretenimiento. Sin embargo, detrás de su éxito y su carismática imagen pública, se esconde una realidad menos glamorosa: los graves problemas de salud que ha enfrentado como resultado de su dedicación al arte de la actuación.
Una transformación arriesgada: Sofía Vergara como Griselda Blanco
Al inicio de este año, Sofía Vergara brilló en la exitosa serie de Netflix, Griselda, encarnando a una prominente mafiosa colombiana que forjó un imperio del narcotráfico. Cuando Vergara propuso el desafiante papel de Griselda Blanco supo que no sería un camino fácil. Interpretar a una famosa mafiosa colombiana implicaba sumergirse en un mundo de crimen, intriga y violencia, alejado de los papeles cómicos y entrañables a los que el público estaba acostumbrado a verla. Para lograr la transformación, Vergara se sometió a un riguroso proceso de preparación, que incluyó cambios en su apariencia física y una inmersión profunda en la psicología del personaje.
En la producción, bajo la dirección de Andrés Baiz, los espectadores son transportados de lleno a la vida de la célebre líder criminal, una destacada traficante de drogas colombiana, quien se mantuvo inmersa en el sórdido mundo del narcotráfico durante la década de los 70 y finales de los 80, ganándose el apodo de "la madrina de la cocaína". La trama se enfoca en su extensa carrera como mafiosa, que dejó un rastro de muerte en Colombia, donde también ganó notoriedad como una temida "viuda negra" antes de establecer su imperio del narcotráfico. Esta interpretación le valió a Sofía Vergara elogios de la crítica, destacando su habilidad dramática y alejándola de su tan conocido rol como comediante.
El sufrimiento tras bambalinas: la batalla de Sofía Vergara debido a problemas de salud
Sin embargo, el precio de la transformación resultó ser más alto de lo que Vergara había anticipado. Durante el rodaje de la serie, la actriz experimentó graves problemas de salud, especialmente relacionados con su espalda. El uso constante de vestimenta ajustada que comprimía su cuerpo con fuerza durante horas de grabación, junto con la postura exigida por el papel, ejercieron una presión extrema en su columna vertebral, ocasionando dolores intensos que persistieron a lo largo de toda la producción y más allá. Según Vergara, estas molestias la acompañarán por el resto de su vida.
A lo largo de los 6 meses de filmación de la serie, Sofía Vergara se vio obligada a deambular por el set en una posición encorvada, ya que los dolores de espalda surgían con cada movimiento que realizaba. La intérprete reveló: "En el único momento que he faltado al set, fue cuando se me quedó tiesa la espalda, al levantarme de la cama", confirmando así que enfrentó intensos momentos de dolor durante la filmación de ‘Griselda’. Aunque la serie ha llegado a su fin y Sofía Vergara ha pasado a otros proyectos, las secuelas de su experiencia como Griselda Blanco continúan persiguiéndola. Los problemas crónicos de espalda que se desarrollaron durante el rodaje persisten, sirviendo como un recordatorio constante de los sacrificios que hizo en búsqueda de la perfección artística.