Es una de las parejas más pintorescas de la televisión y del ecosistema 'Sálvame': la que forman el paparazzi y colaborador Gustavo González y la catalana Maria Lapiedra, excantante e intérprete de cine para adultos. Su relación de amor saltó a la primera línea en 2017, cuando el valenciano anunciaba que había dejado a su mujer desde hacía 30 años, y con la que tenía 4 hijos. ¿La razón? Que llevaba años de relación paralela y oculta con Lapiedra, quién también ha estado casada en dos ocasiones. Allí empezó un show bastante cutre que, con el tiempo, se apaciguó. Especialmente con la noticia del embarazo de la pequeña Mia, nacida ahora hace un año. Los dos parecían felices y remando en la misma dirección, pero la cosa se empieza a tambalear. Cuando menos, atendiendo a lo que han hecho público en el programa de Jorge Javier Vázquez: una llamada con Lapiedra en la que no lo deja en muy buen lugar.
Cierto es que Lapiedra no ha dicho ninguna mentira, pero parece impropio viniendo de tu propia pareja. La relación de González con el resto de sus hijos está en el centro de todo: uno de ellos no han querido conocer a su hermanita, porque hay malestar familiar. Normal, después de lo que le hizo a su madre. Gustavo, supuestamente, ni se olía las palabras de Maria, traicionándolo. Cosas como "se tenía que haber separado antes, le ponía los cuernos asu mujer desde que la conoció", "ha estado ocho años engañándo a su madre"... El sueño de cualquier relación, vaya. El hombre hacía el papelón en el plató de Telecinco, haciéndose el sorprendido y dolido: "le pediría que no meta más la pata. Que me ayudara más. Que fuese más delicada". La cosa hiede, sin embargo: no es la primera vez que los pillan creando tramas para ir a explicarlas a un 'Deluxe'. Además, María ha provocado más de un enfrentamiento con su ex por soltar cosas que no tendría que decir. Apesta a montaje, vaya, y los compañeros del tertuliano lo saben. Las caras eran un poema. Malo, pero poema.
Veremos si alguna cosa es cierta y si alcanzan su objetivo: ir de la mano a Telecinco, discutir, llorar... y acabar haciendo las paces. Fuera de la cadena hace frío, y la pareja ha perdido mucha empuje. Y la criatura, ajena a los tejemanejes de padre y madre, crece y necesita que los progenitores ingresen en su cuenta corriente. Continuará...