Para ser un buen presentador de TV3 y mantenerse muchos años en antena hacen falta muchos requisitos entre los cuales tener buena dicción en catalán, dominio de la actualidad, seguridad y una cosa que no se imposta: telegenia. No se dice a menudo pero los que hacen TV lo saben: la imagen es importante. Si para hacer radio hay que tener buena voz y nadie se imagina a un locutor "sopas", que cecee, que no sepa pronunciar la ese, para hacer tele hace falta que la cámara te quiera, aquello de "dar bien en antena". Hay cadenas que lo llevan al extremo, como La Sexta que decidió que los Informativos solo les presentarían mujeres con buena imagen o Alfonso Arús que solo quiere colaboradoras fotogénicas. En TV3 hay más variedad, especialmente entre los reporteros, pero a la hora de escoger una cara y una presencia que acompañe durante cuatro horas diarias la mejor es Helena Garcia Melero.
Los Departamentos de Vestuario y Maquillaje no se tienen que romper la cabeza, la genética de la Melero hace la mayor parte. Este año tiene predilección por el color morado, burdeos, muy a la moda. Y la presentadora de 57 años contribuye con un reloj, una pulsera, un boli y unas gafas que ocasionalmente tapan su mirada azul, el color corporativo del plató de Tot es mou, en homenaje a los ojos de la presentadora. Melero no solo es la cara del programa más largo de toda la cadena sino que es la directora, codo con codo con Albert Aguilera. Melero hace tantos años que se dedica a esto que tiene criterio periodístico para ingeniarse la escaleta de un programa de 4 horas al día. Su nombre no entra en las quinielas para presentar los nuevos Telenotícies de marzo, trabajo que ya hizo durante décadas. Eso le pasa por ser tan buena que es de los pocos TV3 que tanto puede hacer una cosa como la otra, TN y un magazine. También es de las pocas que cuidan de un detalle no menor: una cuenta pública de Instagram. La mayoría de popes de la casa no lo tienen pero Melero lo aprovecha por buenas causas, como reivindicar la memoria histórica del país. Ha querido añadirse al clamor que hay en Cadaqués para cambiar el cierre de un local tradicional, el Bar Boia a pie de playa, que ha cerrado por la Ley de Costas. Con una foto que es pura elegancia:
Melero pasa muchos fines de semana al año y el verano en su casa en Cadaqués y pasea con zapatillas de deporte, vaqueros holgados, jersey y una bufanda blanca para proteger las cuerdas vocales de la Tramontana. Y cuando dio con el Bar Boya cerrado a cal y canto decidió que le hicieran la foto, el autor es desconocido, con un aire nostálgico, elegante con la cara lavada y la ropa del domingo. Escribe: "Gracias infinitas a toda la familia del bar Boya. "Vamos al Boya a tomar un café" no puede ser historia. Salvamos el Boya de Cadaqués". Ya son muchas las voces famosas que se alzan contra esta decisión, de Manel Fuentes a Pilar Rahola. Y ahora la voz poderosa de Helena Garcia Melero.