Tamara Falcó está muy feliz e ilusionada. A pesar de los desencuentros que pueda tener con su esposo, Íñigo Onieva, la relación parece ir muy bien. No han perdido el deseo de ser padres, están en manos de expertos para llevar a cabo un tratamiento natural que podría cambiarles la vida por completo. En el plano profesional también le va bien, ahora como miembro del jurado de Got Talent, donde se ha llevado alguna sorpresa. Aunque no todo es color de rosa, pues una noticia relacionada con el patrimonio de Carlos Falcó despierta inquietudes.
La familia Falcó pasó por momentos complicados tras el fallecimiento de Carlos Falcó el 20 de marzo de 2020, a causa del coronavirus. Un acontecimiento de esta magnitud suele separar a las familias, dado que empieza todo el proceso del reparto de bienes y algunos familiares no están de acuerdo. Nada más lejos de la realidad, esta vez, Tamara Falcó y sus hermanos pudieron llegar a un acuerdo sin problemas. Inclusive, con la marquesa viuda de Griñón.
Ninguno de los cinco hijos quedó fuera del estamento nobiliario. Manuel, el primogénito, se quedó con el marquesado principal Castel-Moncayo. Xandra, la hija mayor, ya sería marquesa de Mirabel y el Palacio de Mirabel en Cáceres forma parte de su título. Aldara y Duarte, los hijos más pequeños, heredaron el marquesado de Pozas. Siendo así, la hija de Isabel Preysler se convirtió en la marquesa de Griñón y posee el Palacio El Rincón. Lo que nadie esperaba era que el negocio vinícola se viniera abajo.
Tamara Falcó se preocupa por el legado vinícola de Carlos Falcó, está en riesgo
La novedad sobre Marqués de Griñón, las bodegas de vino de la familia Falcó, no es nada alentadora. Durante muchos años, ha sido un negocio próspero y especial. No obstante, todo parece indicar que la decisión del fallecido marqués fue del todo errada al dejar esta parte de su imperio a Manuel, su hijo mayor. Dominio de Valdepusa es propiedad de la familia Falcó desde 1292, ubicada en la provincia de Toledo y es una zona de explotación agrícola muy particular. Es por ello que en el 2002 el estado le concedió la Denominación de Origen de Pago, es decir, una distinción para el tipo de uva que son cultivadas en un microclima especial. Marqués de Griñón, a su vez, son vinos de autor creados a partir de los años 70. Con el paso de los años, este producto fue escalando hasta convertirse en uno de los vinos con mayor reconocimiento.
Teniendo esto en cuenta, hay que reconocer que estas bodegas son de gran relevancia. Sin embargo, la mala gestión en los últimos años deriva actualmente en grandes problemas económicos. “El marqués se asoció con otra empresa, Marqués de la Concordia, quien a día de hoy posee el 50 % del capital de Marqués de Griñón Estates”, notifica Vanitatis. En un principio parecía una buena solución, pero resulta que la otra compañía ha entrado en concurso de acreedores. Esta crisis económica no da grandes esperanzas, ya que podría arrastrar al negocio de vinos a la quiebra. Tamara Falcó, al igual que los otros hijos de Carlos Falcó, está angustiada por lo que sucede. Y es que, en este negocio de los viñedos, ella tiene un porcentaje de participación. ¿Podrá salvar esta importante porción de su patrimonio personal?