Madrid se quema, se quema Madrid. No la queman los tradicionales enemigos de la patria, no. El fuego lo han creado, atizado y expandido los protectores de las esencias nacionales. Una hoguera purificadora donde chamuscar la democracia, la libertad y todo aquello que huela a tolerancia y progreso. El segundo día de disturbios violentos en Madrid, en la sede del PSOE en la calle Ferraz, ha sido una especie de pasarela ultra. La Madrid facha Week. A los parroquianos cayetanos, viejas glorias peperas, figuras de VOX y especímenes escapados del Museo de Cera, ahora se han sumado hordas de grupos neonazis. La familia al completo. Un espectáculo. Penoso, pero entretenido por muchas razones, como eso de ver a determinadas personas descubriendo para qué sirven los antidisturbios. Es un Barrio Sésamo de 2023. Y para adultos.
Para adultos, porque ningún niño, niña ni ser humano de mente inocente tendría que ver en acción a un eurodiputado ultra con nombre y apellido alemán, maneras autoritarias y comportamiento pasadísimo de vueltas. Hermann Terstch, premio. El de VOX no podía faltar a la concentración, dejando un rastro fugaz, intenso y sospechoso. ¿Cuál es la sospecha? El vídeo es bastante explícito, todo el mundo tiene la misma idea en la cabeza en redes sociales. No sería la primera vez que se habla de él en términos similares, o incluso peores: en el diario ABC, exempleador de Hermann, saben algo sobre sus estados alterados.
Tertsch estaba de cuerpo presente en la concentración antitodo cuando un intrépido, valiente y temerario reportero de un digital de izquierdas, muy afín al PSOE, se acerca micrófono en mano y le pregunta cómo va la manifestación. El tono es correcto, la necesidad de saber su opinión más discutible. Lo que no tiene discusión, sin embargo, es que a Hermann se le apareció la Virgen, le servían en bandeja su minutito de gloria. Agredir verbalmente a un periodista del enemigo es uno de los pasatiempos favoritos de su parroquia. Tertsch, en estado lamentable, coge el micrófono con el temblor de manos, voz cazallera, y empieza a desbarrar: "Dile a tu jefe que es un auténtico miserable. Una basura. Tenéis una basura de medio de una basura de jefe". Los colegas del de VOX gritan "olé" y aplauden. El periodista se cabrea, intenta quitarle el micrófono, se resiste al ataque. Pero tito Herr es inasequible al desaliento, ya saben: "El dueño de esta mierda es Sopena". Un señor con gafas y barba, de profesión abogado de las causas pestilentes, reprocha al informador que rebata los argumentos del exaltado ultra. Cosa que hace perder el hilo al orador, que acaba reponiéndose y sentenciando: "Sois una basura golpista". Lo dice un señor rodeado de neonazis lanzando piedras a la policía mientras hacen saludos fascistas y cantan himnos franquistas. Todo en orden.
El periodista le acaba espetando "el micrófono no me lo toque. ¿Se ha quedado a gusto? Muy demócratas la gente de VOX, y como siempre muy sosegado el señor Hermann Tertsch". La pregunta es, ¿qué hubiera pasado si la escena no hubiera sido grabada en vídeo? Piensen mal y acertarán.