Minerva Piquero fue la meteoróloga más famosa de la historia de la TV en España cuando todavía no existían la catalana Mònica López de TV3 y TVE o la canaria Himar González de Antena 3. Estuvo en las pantallas 20 años y ahora hace de presentadora, escritora y madre de famosa. Periódicamente pasa por el aro de la pregunta lamentable de los periodistas en los photocalls: "¿Cómo que estás gorda"? Ha reconocido en la revista Hola que está harta: “Pensé ’Dios mío, después de todo lo que he hecho esto es lo único que me puedes preguntar o que interesa de mí? Qué lástima, ¿no?”. Ahora la misma revista regala a los lectores unas fotos de la mujer del tiempo con su hija actriz, Gabriela. Son como dos gotas de agua
Minerva Piquero tiene ahora 57 años y sigue siendo presentadora de TV, concretamente los fines de semana hace Disfruta Madrid en Telemadrid, la cadena pública de la Comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso. Fuera del foco de las cadenas mayoritarias, Minerva destila simpatía, telegenia y saber estar. Ahora eclipsada por una hija guapísima con la cual comparte esta sonrisa abierta de oreja a oreja. Es Gabriela Andrada, que los espectadores de TV3 conocen muy bien de la serie a Los herederos de la tierra donde interpretaba el papel de Dolça. Es esta joven actriz de 24 años que ahora tendrá su primer papel protagonista en el filme Pídeme lo que quieras:
En la revista del corazón madre e hija aceptan su nuevo rol donde la famosa es Gabriela en un papel erótico: "Lo que menos reto me supuso fue la parte erótica. Creo que las escenas de sexo son las más fáciles, no tienen texto y las mujeres tenemos un máster en fingir —ríe—. La desnudez sí me preocupaba, no soy pudorosa, pero todo el mundo tiene sus inseguridades físicas. Ha habido un trabajo de aceptación, de decir: "A esta gente le gustas, así que tú también te vas a gustar a ti misma. Estás bien, estás preciosa". Me daba un poco de miedo no gustarme, pero estoy satisfecha".¿Es nepobaby? ¿Trabaja por ser hija de famosa? "Profesionalmente, no me ha abierto puertas, pero tampoco me ha cerrado ninguna. Mi madre nunca se ha dedicado a la ficción. Cuando yo empecé a actuar, mi madre había tenido un parón porque se había dedicado al mundo de la empresa. Ella ya no formaba parte de ese mundo. Me dijo: "Te vas a tener que hacer el camino como todos". Tampoco quería que me ayudara porque no quería ser hipócrita y quería sentir que lo que tenía me lo había ganado. Y ahora siento que me lo voy ganando. También creo que tenemos públicos muy distintos, la gente que conoce a mi madre es de otra generación, de la que veía la tele. La generación con la que yo estoy no tiene ni idea de quién es porque no ven el tiempo en los informativos, nos enteramos de las noticias por redes sociales. Así que nunca me había considerado “hija de”, porque nunca había salido en mi círculo en los castings, se conoció que era mi madre cuando hice mis primeras entrevistas. Siento que hemos hecho dos caminos muy distintos, bueno, yo estoy empezando el mío todavía, y lo que le debo a mi madre es el apoyo, la entereza mental y la preparación psicológica". De tal palo tal astilla, y la astilla más maravillosa.