El verano de 2020 estuvo marcado por las restricciones, pero también por el fin del matrimonio entre Paloma Cuevas y Enrique Ponce, algo que sorprendió a todos. Nadie se esperaba esta ruptura tras dos décadas de relación y dos hijas en común. El divorcio se destapó tras ver al torero en compañía de una joven. Se trataba de Ana Soria, su actual pareja. Almeriense y estudiante de derecho. Los primeros meses de relación, la pareja no paró de mostrar amor a raudales en sus respectivas redes sociales. Se dejaban fotografiar sin ningún pudor. Incluso la joven acudió a las plazas de toros para apoyar a su chico.
Parece que esto no gustó nada a Paloma Cuevas, que se lo recriminó a Enrique Ponce. La diseñadora no quería hablar y con sus acciones solo le estaba poniendo en el foco mediático. Si esto no cesaba, la empresaria tenía planes de marcharse de España con sus hijas. Uno de los acuerdos de divorcio era cesar su actividad en redes sociales y no hablar públicamente de su vida personal. El de Chiva ha cumplido con su palabra, por este motivo han podido cerrar este capítulo de sus vidas.
Las hijas de Enrique Ponce no quieren conocer a Ana Soria
Paloma Cuevas se molestó cuando una de sus hijas, la mayor, descubrió la nueva relación de su padre por una fotografía que éste había publicado. La diseñadora no le ha puesto en ningún momento una cláusula para poder ver a las pequeñas. Puede estar con ellas siempre que quiera. No obstante, ésta viven en Madrid en su madre y él vive en Almería con Ana Soria, así que la distancia dificulta un poco las cosas.
Ana Soria y Enrique Ponce llevan más de dos años de feliz relación, sin embargo las hijas de la empresaria y el torero no conocen a la joven estudiante de derecho. Por el momento, las niñas no ven con buenos ojos a Ana Soria. Desconocemos el motivo, pero ahora mismo no la quieren ni ver. Por ello, Enrique Ponce las visita en solitario y no se las lleva a Almería.
Las niñas de 14 y 10 años se posicionan a favor de su madre, aunque aman a su padre. Nunca se ha presentado en Madrid con Ana porque el torero sabe perfectamente que no sería bien recibida. Tampoco quiere forzar la situación.
La separación matrimonial de sus padres pilló a las niñas por sorpresa. Ninguna sabía que estaban en crisis, Paloma y Enrique no querían que sus problemas afectaran a las niñas.
Una fuente cercana al torero cuenta a Informalia que "Enrique y Ana siguen tan enamorados como siempre". Aseguran que no es cierto que estén viviendo una crisis, tal y como se ha llegado a publicar. "Sí es cierto que ella no quiere que Ponce vuelva a torear, porque, a pesar de que suele ir a verle a las corridas, y de que es muy taurina, lo pasa verdaderamente mal", comentan.