A partir de este miércoles, 18 de agosto del 2021, En Blau tiene un nuevo ídolo. Y seguro que después de ver las imágenes, también lo será para todos ustedes. Se llama Màrius de nombre y Ferrer de apellido, y es el precioso hijo mayor del presentador catalán Llucià Ferrer.
El presentador del exitoso Atràpa'm si pots de TV3 también conduce El vermut en Flaixbac, yendo arriba y abajo de la geografía catalana para tomarse este vermú radiofónico cada sábado de 12 a 14 del mediodía. Ahora está disfrutando de unos merecidos días de vacaciones con su maravillosa familia, su pareja y sus dos hijos, el mencionado Màrius y su segunda hija, la pequeña Úrsula, nacida hace sólo unas semanas.
Ferrer conoce muchos rincones de Catalunya y siempre que puede, los recorre, orgulloso de su país. Hace poco le mostraba a su hijo qué hacían unos pajarillos en la iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria en Dosrius. Y estos días, ha estado en la parte norte de Catalunya, en la zona de Figueres o Roses, visitando, como él dice, "cosas bonitas".
Pero que me perdonen los amantes de la arquitectura, las construcciones, los paisajes y la cultura, en definitiva. Porque para "cosas bonitas", las que se ha encontrado en diferentes platos el bueno de Llucià cuando estos días se ha puesto las botas en diferentes festines... Él... y Màrius.
Primero, en el Restaurante-Hotel El Molí, en el Pont de Molins, Girona, donde sólo ver lo que ha pedido, se nos hace la boca agua. De primero, unos huevos estrellados con rebozuelos de temporada que quitan el hipo. Después, un entrecot gratinado con roquefort que hace llorar de la emoción. Y de postre, la guinda del pastel, o en este caso, la fresita del pastel, una delicatessen de traca en forma de mousse ligera de yogur del Empordà con fresones.
¿Creen que después de este festival culinario tuvo suficiente? Ni de coña. El día siguiente, nuevo festín que hace ponernos de pie. Como tiene que ser. Lo que desconocemos es si el pequeño Màrius metió cucharada en los huevos, en el entrecot o en el helado. Pero tiene pinta de que el niño es de los que prefiere estos manjares más que no el típico menú infantil de macarrones y calamares a la romana.
Porque el día siguiente, nueva parada en un restaurante de los muchos y excelentes que tenemos en nuestro territorio. En este caso, el restaurante La Blanca, en Roses. Si los platos de antes provocaban salivación, espérense a ver estos otros. De primero, una ensaladita de tomates que brillan como estrellas en el firmamento, después un plato de conchas, berberechos o almejas rossellones que se resumen en una palabra, como pone Ferrer: "Festival". Festival que se redondea con una mariscadita sublime, unos platos de pizarra repletos de gambas a la sal y unas navajas que ríete de Curro Jiménez.
Pero al lado del marisco, en la mesa también se ve otro plato con un producto puesto en línea, como las gambas o las navajas. Un producto igualmente delicioso, pero, con perdón para quién lo cultive o lo venda, que no es lo mismo... Unos espárragos verdes que tienen muy buena pinta, ciertamente.
Escribe Ferrer junto a la imagen: "Un nanu con criterio". ¿Por qué? Porque si una cosa le sobra a su hijo Màrius es criterio. Y buen gusto. Y una espontaneidad que echa para atrás. Porque en el momento en que su padre le muestra los platos de la mesa y le dice qué le tocará comer a él, el niño reacciona como sólo lo podría hacer un genio, en el que sin duda, es el mejor vídeo de este verano. Vean, sonrían y solidarícense con Màrius...
Te entendemos perfectamente, Màrius. Nosotros también nos hubiéramos echado a llorar si en lugar de unas gambas nos hicieran comer unos espárragos.
Eso sí, como se suele decir, a Màrius sale más caro invitarle a comer que comprarle un traje.