Los culés, perdón, algunos culés, este domingo hemos estado de enhorabuena. ¿Por el partido que cerró la Liga en el Camp Nou, entre el Barça y el Vilarreal? Evidentemente no. Una chapuza con mayúsculas, un partido indecente para acabar la temporada con más pena que gloria, con una nueva derrota. Esperamos (y confiamos), sin embargo, en Xavi Hernández y que después de clasificar al equipo para la Champions del próximo año, cogiendo y preparando el equipo desde la pretemporada, la próxima temporada por fin vuelvan a llegar los éxitos, las victorias y los títulos. Títulos que sí ha conseguido el Manchester City. Muchos (algunos) culés como servidor, celebramos cada triunfo que consigue el mejor entrenador que hemos tenido nunca, y por extensión, el mejor entrenador de la historia: Pep Guardiola. Sea con el equipo que sea, enamorados hasta el fin de los tiempos del juego y el estilo que él propone, por muchos haters que tenga en las españas, en Madrid, pero también en Barcelona, algunos nostálgicos del mejor Barça de la historia nos alegramos tremendamente cuando el técnico de Santpedor gana títulos apostando por el fútbol que hacen sus equipos. Y ahora ha podido celebrar un nuevo título que guardarse en el zurrón, una nueva liga inglesa. Lágrimas de Pep y lágrimas de los guardiolistas, como servidor. Se merece todo lo bueno que le pase:
Su City se ha proclamado campeón en la última jornada. De hecho, en el último cuarto de hora de la última jornada. Tenía que ganar en el Etihad Stadium al Aston Villa para proclamarse campeón de la Premier, o hacer el mismo resultado que su máximo rival, el Liverpool. El equipo de Jurgen Klopp hizo los deberes y ganó. Pero el Manchester City de Guardiola le vio las orejas al lobo e iba perdiendo 0 a 2 a falta de un cuarto de hora. Se encendieron todas las alarmas, pero dos goles de Gundogan y uno de Rodri cambiaron el marcador y sumaron los tres puntos que le faltaban. Cómo han rabiado muchos... Y cómo lo hemos celebrado otros. Aficionados de Pep y seguidores del conjunto citizen... Y evidentemente, la familia del entrenador catalán. Primero, en las gradas del mismo estadio, después, encima del césped, la mujer y los tres hijos del entrenador estaban exultantes y orgullosos de su marido/padre. Cristina Serra y los tres hijos, Maria, Màrius y Valentina, cuatro aficionados más, emocionados mientras el resto de seguidores saltaba al césped de su estadio celebrando el título. Preciosa imagen de la mujer y las hijas, donde se puede ver cómo la pequeña es clavada a su padre cuando este era un joven que soñaba con triunfar en el Barça. Después, imagen emocionante de toda la familia con la copa:
Guapísimos y felices los cinco. Y maravilloso ver cómo se parecen la pequeña de la familia, Valentina, con su padre cuando tenía más o menos la misma edad:
La celebración, sin embargo, no se ha acabado aquí. Ni tampoco en el vestuario. Después, noche de fiesta en Manchester, en la mitad azul celeste de Manchester, con Maria Guardiola publicando más imágenes sensacionales:
Maravilloso Pep Guardiola, maravillosa familia. Seguro que no serán las últimas imágenes de celebración eufórica que veremos de todos ellos. Porque Pep seguirá ganando títulos toda su vida. Y nosotros, y especialmente, su mujer y sus hijos, contentos de verlo.