No hay ningún tipo de duda de que el hombre del día, desde ayer por la noche, es Josep Guardiola i Sala. El entrenador del Manchester City, el mejor entrenador del mundo, volvió a dar una lección al mundo del fútbol. Su equipo pasó por encima del Real Madrid. Paliza histórica. Humillación sin paliativos. Un tiki taka descomunal que vio todo el mundo y que ha recibido los elogios merecidos que se han repetido a lo largo del día. Felicitaciones por doquier. Sus amigos, como Jordi Basté, orgullosos de él. Sus detractores, teniendo que reconocer la superioridad y la brutal exhibición del conjunto citizen en el Etihad Stadium. ¿Y la gente que más le quiere?... Orgullosísimos y emocionados. Solo faltaría.
En las gradas del Etihad Stadium, su familia. Su mujer y sus hijos, asistiendo, como el resto del planeta, a la brutal victoria, por el cuánto y por el cómo, del conjunto entrenado por su Pep contra el Real Madrid. Un Pep que cada vez que el equipo marcaba o creaba una buena ocasión, se giraba eufórico mirando y espoleando a la grada con los aficionados, y que seguro que alguna de estas miradas la dirigió hacia la zona donde estaban los suyos, su mujer Cristina Serra y sus hijos, Maria, Màrius y Valentina. Una zona desde donde su hija mayor se preparaba para lo que tenían que vivir (y que todavía ni se imaginaban): uno de los partidos más espectaculares que ha dirigido su padre desde los banquillos. Y van unos cuantos.
Esta era la vista justo cuando sonaba el himno de la Champions y antes de empezar el festival. Dos horas más tarde, con el 4 a 0 bien luminoso en el marcador, el éxtasis absoluto, también por parte de Maria, que caía rendida a las virtudes de su padre como entrenador de fútbol, el mejor. Escribe la hija de Guardiola un sentido mensaje en inglés, con un añadido en catalán. Las dos palabras más bonitas de nuestra lengua: "Another masterclass of footbal. Pep, genious. Sonido proud. T'estimo". Y atención también al detalle de dos corazones, azul cielo, como no podía ser de otra manera, en homenaje a los colores de su equipo. Después, una vez el árbitro silbó el final del partido, tocaba el turno de los abrazos. De unos abrazos y una cara de felicidad como solo sus hijos y su mujer pueden hacer. En la primera imagen, dos de las tres mujeres de su familia, Cristina y Maria, absolutamente desatadas. En la segunda, el abrazo de Pep a su hijo Màrius, orgulloso. Unas imágenes que han fundido la red:
Los Guardiola, conmoviendo a los culés. Vaticinamos que no serán los únicos abrazos y besos que se darán padre e hijos o con la mujer esta temporada. Al City todavía le falta ganar a la Premier (está a punto de hacerlo, de hecho, lo hará este fin de semana si ganan al Chelsea), la copa inglesa (tienen que jugar la final contra el rival ciudadano, el Manchester United) y la Champions (donde se enfrentarán en la final al Inter de Milán)... Viéndolos jugar ayer, parece imposible que no ganen los tres títulos. Vaticinamos unas semanas llenas de alegría, amor, abrazos y besos en casa de los Guardiola Sierra... Y en los hogares de muchos culés.