En las navidades de hace veinte años, cualquier persona que cogiera el teléfono cuando sonaba, corría el riesgo de escuchar la misma frase. Y si te llamabas "Edu", el peaje era doble. Cinco palabras que se repetían como una especie de mantra, una gota malaya de los saludos entre conocidos. En una época donde la televisión se miraba de manera convencional, no como ahora en las tablets o siguiendo los programas, series y películas online, en la red, y pasando con el ratón los anuncios, no había manera humana de saltarse la publicidad a no ser que cambiaras de canal o bajaras el volumen. Pero a menudo, la pereza hacía que se dejaran los anuncios hasta que se reanudara la emisión. Y no había bloque publicitario donde no se viera un anuncio de una compañía telefónica, Airtel, donde se veía a un niño con gafas sentado en un sofá, guía telefónica en mano, llamando compulsivamente a todo quisqui como si no hubiera un mañana.
Pero el tiempo pasa. A Airtel la compró Vodafone hace muchos años, los móviles no se parecen nada al que tenía el tal Edu y ahora la Feliz Navidad se desea a través de watsapp, así te ahorras hablar. Enrique Espinosa tenía 7 años cuando se convirtió en el niño más famoso del país con su "Hola, soy Edu, ¡feliz Navidad!" Ahora tiene 27. Y en Sálvame repasó cómo fue su vida después de aquel boom, una infancia que no fue tan colorida como el jersey navideño que llevaba en el spot. Más bien fue un drama. El bullying, cuando la palabra todavía no estaba tan interiorizada como ahora en las conciencias, le acompañó durante muchos años.
"Era muy famoso, pero yo seguía con mi vida. No me esperaba ese impacto. Me insultaban y llegaban al contacto físico. Incluso venían a la puerta de mi casa". El actor, que hoy se dedica a marketing digital, dejó una última reflexión: "No sé si era envidia, una forma de jugar o una cosa de niños pero sí que realmente de lo que me he dado cuenta es de que las personas que sufren bullying no tienen ningún motivo por el que lo sufren. No existe nadie diferente, todo el mundo tiene que estar integrado". Una aplaudida reivindicación pública que tuvo una dedicación por parte del programa de exactamente 3 minutos y medio... Se ve que a Vasile se le estaba haciendo larga la llamada.