"Hemos vuelto de vacaciones y Sánchez está pendiente de lo que le digan los independentistas". Son palabras de Pablo Motos de este martes, cuando empezaba la tertulia política con colaboradores como Juan del Val, Rubén Amón, María Dabán o Miguel Lago. En el programa de las hormigas no han tardado ni dos días en volver a hacer un pim, pam, pum contra una de sus dianas favoritas, Catalunya y el independentismo. El presentador y sus colaboradores, una mesa muy plural con opiniones de un solo color y una representación nula con respecto a defender las ideas soberanistas catalanas. "Venimos de una Diada que ha sido un fracaso respecto a movilización popular. Venimos del peor resultado del nacionalismo desde la democracia", dicen mientras hacen chascarrillos y jijijaja sobre la situación en Catalunya y sobre Puigdemont, "un delincuente que no puede venir a España porque si viene lo arrestan, que condiciona la gobernabilidad de España", dice Amón.
"Solo por apuntar: la diferencia entre el indulto y la amnistía es que el indulto es que te perdonan y la amnistía es que no ha existido el delito", apunta Motos. Y Amón sigue: "Hemos pasado de ser indulgentes con unos condenados a quince años de cárcel a decir que en España hay presos políticos y que el Estado tiene que disculparse. Es un extremo inaceptable". Se añade Lago: "Tiene una vertiente que me parece muy dolorosa: yo no he votado a Sánchez ni lo votaré jamás. Ahora bien, es mi presidente y mi presidente me está diciendo que soy un ciudadano peor, con menos derechos y que hay ciudadanos que están por encima de mí y que ahora sobre mi libertad, que si cometo un delito voy a la cárcel, hay un señor que tiene el privilegio de no hacerlo, un delincuente que se escapó de España en el maletero de un coche y que va a volver a España en Falcon".
Amón se abonaba: "En lugar de traer esposado a Puigdemont lo van a traer a hombros". Es lamentable escuchar estas estupideces y ver cómo se quedan calladitos y acotando la cabeza, haciendo masajes a medida, cuándo el fascismo y la ultraderecha las dicen de padre y muy señor mío. Motos y su equipo ya ni intentan disimular. No se esconden. El odio atávico que le tienen a Puigdemont y al independentismo les sale en forma de bilis en prime time. Y aquí no ha pasado nada. Después no es extraño que salga el papanatas de Aznar diciendo imbecilidades en un campus de la Fundación FAES, hablando de la "intentona sediciosa, de "el punto de no retorno hacia la destrucción de la Constitución", y de "plantar cara: creo que España acumula energía cívica, institucionalidad y masa crítica nacional para impedir este proyecto de disolución nacional". Sin embargo, ay amigos, a la hora de analizar la barbaridad de Aznar, todo son chascarrillos: "Ojo con el Aznar golpista, que lo mismo promueve que la gente rodee el Congreso o saca urnas y lo que salga ahí, sus cojones toreros. Bien jugado por que Aznar podría jugar en el caso de ser golpista, de amnistía".
El hormiguero ha empezado nueva temporada, pero el odio al independentismo es el mismo de siempre, sinó más.