El País Vasco vive este 30 de enero una jornada de huelga general. La han convocado sindicatos nacionalistas y colectivos sociales, con una importante presencia de pensionistas. La reivindicación y la lucha es clara: pensiones dignas y derechos sociales, con cambios radicales en el modelo económico y laboral. El seguimiento está siendo muy importante, y la percepción general de la ciudadanía hacia la huelga es positiva y de apoyo. Incluso, el de trabajadores muy privilegiados, que podrían mirar hacia otro lado sin despeinarse. No es el caso de Mikel San José, futbolista del Athletic Club de Bilbao, siempre comprometido con la sociedad y contra las injusticias.
San José y su familia lo tienen claro: es día para no ir a trabajar y reivindicar mejoras para la sociedad. En su casa, todo el mundo ha parado. "Nos unimos a la huelga. Los niños no han ido clase y no compraremos hoy. Juntos somos fuertes". Muchos seguidores del deportista le han felicitado por una nueva muestra de empatía y solidaridad. Lo hizo con los encarcelados de Altsasu, con la lucha feminista, contra los miembros de 'La Manada' o por el juicio del Procés. Por todo eso, su gesto molesta tanto a ultras, machistas, intransigentes y 'haters' en general. Signo inequívoco de que Mikel merece nuestro respeto.
Más San José e Iñaki Williams y menos Pepe Reina. Zorionak.