El actor británico Hugh Grant y su mujer, la productora de televisión Anna Eberstein, han disfrutado de uno (nada idílico) fin de semana en Roma. Y decimos nada idílico porque recordarán la escapada por mucho tiempo, gracias al visceral, ridículo y violento comportamiento de Grant. La pareja paseaba por las calles de la capital italiana cuando, al pasar por delante de un restaurante, se encontraron con una escena que el inglés interpretó como un ataque a su intimidad. Allí había un grupo de personas que sacaban la basura del establecimiento, mientras que una mujer registraba la escena con un teléfono. L'interpret consideró que la mujer era una paparazzi, la acosó y le cogió el móvil, mientras que le decía que "no pusiera nunca más un pie ante su mujer". Él no era consciente, pero estaba haciendo un show vergonzoso: La mujer, funcionaría, estaba trabajando por una cuestión totalmente ajena y no tenía ninguna intención de registrarlos. Ni siquiera sabía que eran dos celebrities. No, ella documentaba la mala praxis del local con la recogida de residuos.

GTRES

El vídeo, compartido por el diario La Repubblica, se ha hecho viral en cuestión de horas y deja al actor totalmente hundido: Creído, violento, y poco espabilado. Cierto que las estrellas de Hollywood acostumbran a ver paparazzis de la misma forma que Inés Arrimadas ve fascistas. Y claro está, después pasa lo que pasa: Que la cagas, y mucho. De hecho, la mujer, Luisa Melara, se rebeló contra el actor, recuperando el móvil momentáneamente. Grant se revolvió, repitiendo la agresión y diciéndole: "No estás siendo nada educada". Tuvo que intervenir un compañero de la funcionaria, explicándole que estaba cometiendo un grave error. Hugh recuperó fugazmente el juicio, a pesar de que no del todo, ya que horas después piaba|tuiteaba asegurando que Luisa había intentado agredir a Anna Eberstein. De locos... y de tener la cara de cemento.

 

La enfermiza obsesión del actor con los paparazzis le ha hecho quedar como un auténtico troglodita. Y tiene una explicación: Grant fue pillado manteniendo relaciones sexuales con una prostituta en su propio coche, mientras salía con la actriz Liz Hurley. Era el año 1995. Bien, por lo visto el trogloditisme le viene de lejos.