Uno de los mitos del Real Madrid es, sin ningún tipo de duda, quien defendió su portería durante muchos años, quien fue su capitán, y a quien algunos periodistas como Manolo Lama bautizó como 'El Santo'. Íker Casillas, el chico del plantel, de Móstoles, santo y seña del madridismo, separó su camino del del club de su vida en el año 2015, después de unas últimas temporadas un poco convulsas, después de una relación de odio con Jose Mourinho, después de perder protagonismo en el equipo y después de recibir críticas por parte de los aficionados y apoyo nulo por parte de Florentino Pérez.
Leyenda blanca, ganó todos los títulos posibles con el Real Madrid, pero a la hora de marcharse, su club no estuvo a la altura y le abrió la puerta con unas maneras lamentables. Después de 25 años juntos, Casillas se marchó al Porto portugués, con un acto de despedida y una rueda de prensa que ya es historia, en negativo, del club madridista: salió solo, sin el apoyo y el acompañamiento de nadie del club y se hundió ante la prensa en muchas ocasiones. Ni partido de despedida ni homenaje en el Bernabéu.
Años después, el presidente madridista diría que "Casillas no se fue bien, le llamé por la noche, le propuse hacerle un acto de despedida. Lo que pasa es que por los nervios igual el día anterior no había estado muy acertado. Todo el mundo lo recuerda como lo que ha sido, un grande, una leyenda. Fue una cosa infantil, y entendió que la gente de aquí tiene que despedirse bien".
Después de retirarse en el 2019, el Madrid le ofreció trabajo en su Fundación, pero nunca más podrán rehacer el error penoso de tratar a Casillas como un perro a quien lanzarle piedras que huyó con la cola entre las piernas. Ahora, sin embargo, Casillas ha hecho borrón y cuenta nueva y no se quiere mostrar nada dolido por todo lo que pasó. El Bernabéu y el Madrid es su casa, una casa, sin embargo, a la que ha vuelto, como mínimo esta semana, con un look que parece como si no quisiera que lo reconocieran o como si fuera un ladrón entrando a robar a una sucursal bancaria, bien tapado e irreconocible. Una imagen impactante, acompañado de unos amigos, sentado en la grada del estadio madridista viendo la remontada de su equipo contra el PSG de Messi, Neymar y Mbappé. Una imagen alucinante, con gorra, gafas y una bufanda que le cubría toda la cara menos los ojos, mientras sus acompañantes van a cara descubierta:
"Me gusta el fútbol!!!", dice Casillas. Algunos usuarios en red le han respondido: "Y a mí me gusta tu camuflaje", "¿Vas de camuflaje, eh?", "Estás bien escondido", "¡De incógnito!", "¿Eres tú?". El señorío del Real Madrid, que hace que un emblema del club vaya irreconocible al Bernabéu.