Es el nombre de este comienzo de Liga: Jude Bellingham. En Madrid falta menos de un Telediario para que empecemos a oír el sonsonete habitual de "¡Balón de oro!, ¡Balón de oro"! que desde la capital española empiezan a pregonar cada vez que un jugador vestido de blanco destaca un poco. Lo pidieron con Robben en época del mejor Messi de la historia, lo pidieron con Robinho (parece una broma, pero no), lo pidieron con Cristiano y lo pidieron con Vinicius. Y a la que Joselu marque dos goles seguidos, también lo pedirán para él. Ahora, la nueva niña de los ojos de la merengada se llama Jude Bellingham, a quien la afición ya ve como el quinto Beatle y le cantan el clásico de los de Liverpool
El '5' del Real Madrid ya lleva cinco goles en las primeras cuatro jornadas, alguno de ellos decisivo, como el definitivo 2 a 1 en la victoria contra el Getafe, en el minuto 95 de partido. El futbolista británico se ha puesto al madridismo en el bolsillo, gracias a su talento indiscutible, a sus goles, a ponerse el equipo a la espalda y a ser el nuevo ídolo del vestuario, tomando el relevo de Karim Benzema. Gracias a todo eso, pero también, a su actitud un pelín chulesca, a ciertos comportamientos, especialmente en las celebraciones, que tanto gustan en la Castellana y en el Bernabéu.
Esta última imagen es muy paradigmática de cómo es el personaje. Piernas y brazos separados, como si fuera el Mesías, mirando a la afición del Athletic de Bilbao en San Mamés. Se observa en Bellingham una cierta tendencia a la fanfarronada, con las aficiones rivales y con los jugadores rivales. Una imagen, escondidita, evidentemente, por la caverna, ha indignado a los que no le ríen las gracias al jugador inglés. Una imagen que pasó en el partido contra el Getafe, cuando un jugador rival lo estaba marcando y él, con un movimiento rápido, se libró. ¿Y qué hizo justo después? Humillarlo haciendo un gesto de cara a su afición, como si lo estuviera toreando. Una imagen miserable:
Eso debe ser aquello que dicen del señorío del cual tanto se vanaglorian en Madrid.