Vinicius jr... Aquel jugador que parecía un sacrilegio si no se proclamaba ganador del Balón de Oro. Un futbolista que todo lo que tiene de buen jugador lo tiene de mal deportista, con los compañeros, con los rivales, con los árbitros, con los aficionados y con cualquiera que no le ría las gracias. Un personaje soberbio, faltón, sinvergüenza, altivo y que algunos madridistas hiperventilados poco menos que pedían su canonización, poniéndolo como reencarnación de Martin Luther King. Un jugador que va por los campos de fútbol faltando al respecto a todo quisqui, que va sacando la lengua de manera sarcástica a la misma velocidad que hace gestos menospreciando al personal, y que este sábado por la noche ha salido escaldado de Vallecas.

Su equipo no ha pasado del empate en el campo del Rayo Vallecano, un empate a 3 que hace que continúe a la sombra del líder, el Barça, que este domingo por la noche juega en Montjuïc contra el Leganés. El jugador brasileño del Real Madrid empezó el partido de suplente, saliendo al césped en la segunda parte, donde tuvo tiempo para que le enseñaran una tarjeta amarilla por protestar al árbitro y después, con evidentes faltas de respecto a los morros del colegiado, se fue de rositas sin que le enseñaran la que habría sido la segunda tarjeta amarilla por protestar, que le habría supuesto la tarjeta roja y a la calle. Un clarísimo "fódase" ("jódete" en portugués) en la cara del árbitro, que tocó el violín e hizo ver que no iba con él. ¿¿¿Qué hace falta para que expulsen a este tipo de un partido de fútbol??

La imagen más vergonzosa, sin embargo, llegó cuando se marchaba hacia vestuarios. Él, que es una especie de santo para la merengada, él que no ha roto nunca un plato, se marchó de muy malas maneras, diciéndoles a críos de 12, 13 años, jóvenes aficionados del Rayo Vallecano, que su equipo se iría a Segunda División. Unas imágenes lamentables que han hecho que la red lo deje a caldo:

Vinicius... Más Balón de playa que nunca. Lamentable.