Sergio Ramos es uno de los jugadores más icónicos del madridismo. El defensa de Camas jugó 16 temporadas en el conjunto blanco, donde se convirtió en su capitán y donde durante todo este tiempo hizo enloquecer más de una vez (por desgracia para los que somos culés) a sus aficionados merengues. ¿Quién no recuerda (lamentablemente) el gol que consiguió en la última jugada de una final de Champions contra el Atlético de Madrid? Aquel cabezazo suyo a la salida de un córner significó el empate, la prórroga y la posterior victoria blanca. Enemigo acérrimo del barcelonismo, ídolo del madridismo, el futbolista andaluz hizo las maletas y dejó la Castellana para ir a los Campos Elíseos. Su paso por el PSG, donde coincidió con Leo Messi, estuvo marcado más por las sombras que por las luces, y después de su fallida aventura en Francia, ha vuelto al otro club de sus amores, el Sevilla, donde ha vuelto a vestir así:

Claro está que seríamos unos marcianos si no recordáramos que Sergio Ramos también ha vestido muchos años de blanco, pero con otro escudo, como decíamos, el del Real Madrid, una camiseta que se puso ni más ni menos que 671 veces. 671 partidos en el club blanco, siendo el cuarto jugador con más partidos en la historia del Madrid, solo por detrás de Raúl, Íker Casillas y Sanchís.

Los más nostálgicos de la capital española todavía lo echan de menos, la mayoría se quedaron huérfanos cuando se marchó y se fue al PSG. Por eso, la inmensa mayoría del madridismo ha alucinado cuando a la salida de un entrenamiento del Sevilla, el jugador se ha detenido a firmar camisetas y autógrafos de los fans y ha ocurrido una imagen viral. Ramos, con la ventana del conductor bajada, iba firmando camisetas del Sevilla o del PSG... hasta que un hombre aparece con una camiseta del Real Madrid. Él la aparta y sigue con su rotulador firmando, pero no la del Madrid. El hombre vuelve segundos después y él vuelve a rechazar la elástica madridista. Enseguida, el madridismo más hiperventilado se ha indignado por una imagen que ha llamado mucho la atención y que muchos han visto como uno feo innecesario y miserable de alguien que vistió aquella camiseta durante tantos años.

Después de ver todo el revuelo y el alboroto que se ha organizado, con la caverna poniendo en marcha los ventiladores, ha sido el mismo Ramos el que les ha callado la boca dando su versión de los hechos y el por qué de su llamativa reacción. Y es que como explica el central, este tipo que le acercaba la camiseta del Madrid ya le había hecho firmar antes muchas otras camisetas, y a Ramos se le ha puesto la mosca en la nariz al constatar que lo que él quería era tener camisetas del Madrid firmadas por Ramos para después hacer negocio en la reventa o en las redes. En definitiva, que no era un fan en busca de la firma del jugador, sino alguien que quería ganar pasta a su costa: "Antes de ese momento ya le había firmado unas 6 camisetas del Real Madrid. Y luego es gente que las subasta o vende en Internet…":

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