Iñaki Urdangarin está sufriendo haber salido de la Familia Real. Como Jaime de Marichalar pero peor. Los dos maridos de las infantas han caído en desgracia y no están rehaciendo sus vidas. En el caso de Urdangarin su estado de salud y de ánimo preocupa a su familia. Las fotos del ex de Cristina llorando desconsolado en medio de la calle han disparado las alarmas. Pilar Eyre ha investigado y ya sabe cómo está Iñaki y las dos decisiones que han tomado el Barça y su pareja Ainhoa Armentia que lo han acabado de hundir. Lecturas tiene especial autoridad en este asunto ya que destapó la infidelidad de Urdangarin y provocó todo lo que está pasando. Eyre publica en la revista catalana toda la información.
Escribe Eyre:: "Iñaki está al límite, es cierto. Lo que no sufrió en los casi tres años de prisión solitaria, ni en los seis años largos que duro la instrucción del caso Noos, lo que no imaginaba siquiera que pudiera existir cuando era el chico de oro, lo está padeciendo ahora. Tristeza infinita, desgana al levantarse, ausencia de ilusiones, desánimo, falta de apetito (ha vuelto a adelgazar), miedo al futuro, melancolía, pensamientos negros… Tan negros que la familia está muy preocupada". De momento le han recetado más ayuda psiquiátrica por la depresión: "Han debido aumentar la ayuda profesional,porque no puede salir por sí mismo del pozo donde está metido" Entre las muchas razones, dos decisiones que lo han hundido. Delgado, pálido y cadavérico.
El Barça ha decidido que no dará trabajo a su exjugador:"Iñaki se apresuró a dejar su trabajo en el despacho para empezar a viajar a Barcelona dejando caer que muy pronto trabajaría en el
Barça, presentando ante los fotógrafos grandes sonrisas y aspecto glamuroso. A sus hijos les molestaba ese protagonismo indeseado, apoyaban a su madre a muerte, sobre todo Irene y Juan, y esos
posibles trabajos se han diluido en la nada: me dicen personas próximas al Futbol Club Barcelona que las prácticas noremuneradas de entrenador que hizo en el mes de mayo se acabaron y no volverán a repetirse, y que no se contempla, demomento, ofrecerle ningún trabajo". No sólo Joan Laporta le abandona, también queda claro que dos de sus cuatro hijos le giran la espalda, el mayor y la pequeña.
La otra decisión de que lo ha hundido es la de su pareja, Ainhoa Armentia. La relación sentimental se ha enfriado y no sólo no conviven sino que el amor ha dejado paso a una amistad. Un dardo a la estabilidad emocional de Iñaki: "No tiene planes compartidos con Ainhoa. Ni siquiera viven juntos, ya que Iñaki no podría contribuir económicamente a la pareja ya que no ingresa nada en absoluto, no tiene ninguna propuesta de trabajo y solo cuenta con la ayuda de la pequeña pensión de su madre. Ainhoa tampoco gana lo suficiente como para mantenerlo. Ella es una buena persona y siente cariño por él. También, como a la infanta, le da pena, pero la compasión no es un sustituto del amor… y ahora, según me dicen, son más amigos que amantes". Cuándo das lástima a tu pareja, el amor desaparece. A Iñaki no le queda nada, ni trabajo, ni mujer, ni novia ni el apoyo de todos los hijos. La maldición de Zarzuela: quien se va cae en desgracia. En depresión. O en alguna cosa peor.