Les confieso que he dormido poco. Y que llevo orgasmando desde ayer domingo por la noche. Los culés todavía nos pellizcamos de la descomunal exhibición del Barça ante el eterno rival en la final de la Supercopa de España disputada en Arabia Saudí. La humillación, la paliza, el repaso absolutamente brutal de los de Hansi Flick (por favor, que le pongan un monumento a este hombre) a los de Ancelotti es de las que se recordará mucho tiempo. Una manita absolutamente perfecta. Y todavía tuvo suerte el Madrid de que expulsaran a Szczęsny con 1 a 5 en el marcador, porque la sensación es que si hubieran continuado 11 contra 11, no era descartable un 1 a 8 o un resultado escandaloso. Este domingo el Barça hizo el mejor partido que se recuerda contra el Madrid desde hace años, superando incluso el 0 a 4 del Bernabéu de hace unos meses. Un partido perfecto con nombres propios como Lamine Yamal (el gol mesiánico que hizo solo está a la altura de los elegidos), Raphinha (qué carácter, qué entrega, qué carisma, qué talento, qué liderazgo, con la guinda, no solo de los dos goles y la asistencia a Balde, sino también cuando cogió la bolsa de los servicios médicos del Madrid para sacarla fuera del campo y que dejaran de perder el tiempo con Mbappé), Casadó (parece un veterano, qué partido, madre mía), Pedri, Araújo, Gavi y un largo etcétera. Fiesta grande contra los Vinicius, Courtois, Bellingham y compañía, que hicieron aguas por todas partes. Y este lunes, resaca de las buenas recordando unas imágenes que todavía nos hacen emocionar...

Como han podido oír en las imágenes del presidente Laporta absolutamente eufórico celebrando el título con los jugadores, la final de la Supercopa fue una exhibición que vio todo el mundo por televisión, en este caso, por Movistar + que, no se podía saber, volvió a indignar al personal con unos comentarios impropios de una televisión que a priori tendría que ser imparcial, y que no solo ven aficionados del Madrid. Habría que recordarles que también hay muchos seguidores blaugranas que están abonados. Pero no falla, es llegar un Clásico y sentirse algunas frases de vergüenza ajena, como si estuvieran comentando el partido Poli Rincón, Paco Buyo y Tomás Roncero. En algunas ocasiones, sin embargo, rendidos a la evidencia, no tuvieron más opción que reconocer, por ejemplo, la obra de arte de Lamine en el empate a 1...

En otros, sin embargo, se les veía el plumero con sus comentarios:

Hay quien dice que es insoportable ver un partido del Barça contra el Madrid escuchando Movistar +... Pero les confieso un cierto placer al oír los comentarios indisimuladamente partidistas y sufriendo como corderos viendo una humillación tras otra del Barça al Madrid...