A Inés Arrimadas solo le gustan los hombres que son diputados y con barba. Cuando estaba en Ciudadanos en el Parlament de Catalunya se enamoró de un diputado de Convergència y Unió, Xavier Cima. EN Blau los tiene en consideración porque la pareja unionista, él exindependentista de Ripoll, se casaron el verano que nació este suplemento, en julio de 2016. El matrimonio duró menos que Ciudadanos, se divorciaron en noviembre del año pasado. La razón, la palanca o la coincidencia tiene un nombre: Guillermo Díaz, un diputado andaluz del partido naranja. El mismo día que EN Blau publicaba la separación de Arrimadas la noticia citaba a Guillermo como "el gran apoyo" de Arrimadas. Tanto apoyo le dio que son pareja estable y lucen en Instagram felices los cuatro. Inés y Guillermo en Málaga y por los 43 años de la andaluza, sus dos hijos con Cima. Álex y Marc:

Inés Arimadas Álex y Marc, Instagram
Ines Arrimadas y Guillermo Diaz ex diputados de Ciudadanos, GTRES

La exdiputada lo ha abandonado progresivamente todo: el Parlament, Catalunya, el Congreso, la política y el marido catalán. Y ahora vive feliz en la empresa privada, una de energías alternativas, con dos hijos que enseña en Instagram, debidamente tapados de cara, pero mostrando que han crecido mucho, y el pequeño es más rubio ni como el padre ni como la madre. El mayor Álex, con acento cerrado como se escribe en castellano, tiene 4 años y el pequeño Marc, 2 años. A su lado se considera "La persona más afortunada del mundo" según escribe en Instagram. Que los niños no vivan con su padre no los convierte en los niños más felices del mundo, pero Arrimadas habla de ella, no de los niños. Son hijos de padres separados, desde pequeños, cuando no tenían ni conocimiento. Y eso que ella que era anti-separatista. Cosas que pasan.

Arrimadas ahora está dedicada a los niños en Andalucía cerca de sus padres que la ayudan con los pequeños. Son unas criaturas que costaron mucho de engendrar y eso, dicen, llegó a "desesperar" a la pareja. Más tensión entre ellos por problemas de fertilidad. Entre Cima y Arrimadas el único punto que no era conflictivo era el ideológico. Desde que Cima se enamoró de Inés fue abandonando los postulados nacionalistas e independentistas de un convergente de Ripoll para abrazar el unionismo. Se hicieron un hartón de decir que el procés separaba familias. Y no. Las familias se separan por desamor