Había una vez un partido de color naranja cuyos miembros iban por la vida creyéndose por encima del bien y del mal. Un partido que después de creerse los salvadores de la democracia, protagonizaron el ridículo más estrepitoso que se recuerda en unas urnas, con descalabros históricos en Catalunya o en Madrid.

Quizás ya no se acuerdan, pero hay un partido que se llama Ciutadans. ¿Les suena? Quizás ya lo han olvidado. Probablemente ni ellos sepan que todavía colean.

Su líder se fue después de sufrir una fuerte aspirada de leche de un pobre perrito que se llamaba Lucas. No es el único que ha huido con la cola entre las piernas. Toni Cantó, el hombre con menos principios de la política, también se largó para tener su chiringuito bajo el ala de Díaz Ayuso y cambió nuevamente de partido, y ya hemos perdido la cuenta de las veces.

Albert Rivera e Inés Arrimadas / GTRES

¿Y en Catalunya? Cs ha pasado de ser unos bufones con cierta repercusión, con los shows que montaba cada día la montapollos, a ser simplemente unos niños con los papeles mojados a quien la maestra les tiene que ir poniendo en su sitio una y otra vez por su poca preparación. Sólo hay que ver las galletas de Laura Borràs a Nacho Martín Blanco o Carlos Carrizosa en el Parlament por no saberse el reglamento.

Cs es prácticamente una caricatura, un partido residual que ahora sólo tiene un punto en su libro de estilo: atacar a TV3 en todo momento. Inés Arrimadas ya ni hace política. El único motivo por el cual alza la voz es cuando ve, oye o le han dicho alguna cosa que ha salido en la televisión pública catalana.

Inés Arrimadas sacando papelitos en TV3, ante Lídia Heredia / TV3

Hace tiempo explotó por un gag de Polònia, considerando que se humillaba a los castellanohablantes. Hay que ser muy corto de miras para molestarse por un sketch en un programa humorístico, que además tiene la sana virtud de repartir a diestro y siniestro. Hace menos, volvió a indignarse, ahora con Peyu y Jair Domínguez, por una conversación en el Bricoheroes, haciéndose eco de una queja de otra usuaria."TV3 no tiene límites. Afirman que es mejor llevar una esvástica que una bandera española ¿Hasta dónde van a llegar?". Los tuiteros unionistas indignados y la líder de Ciudadanos les sigue la cuerda. Inés Arrimadas: "Observen la concordia en Cataluña":

Que alguien como Inés Arrimadas hable de concordia es de traca. Pero la líder de Ciudadanos continúa con su cruzada particular y ha vuelto a vomitar contra TV3 por lo que ella considera un ataque sangrante contra las personas que hablan en castellano y bla, bla, bla.

Es grotesco, por no decir otra palabra, el intento torpe de esta señora para buscar cualquier excusa para soltar su odio hacia la televisión catalana. Y ridículo. Muy ridículo. Ahora, el objeto de su rabia ha sido el programa L'Au Pair que este verano se emite por TV3 y donde diferentes famosos van a hacer de canguros por un día en casa de unos niños que no conocen de nada. Y esta semana, l'au pair fue el Mag Lari.

El Mag Lari a 'L'au pair' / TV3

El Mag Lari, un "calamar gigante" en 'L'au pair' / TV3

El ilusionista fue a pasar el día en casa de los Ralita, en Banyoles, una familia de restauradores que tienen dos aprendices de mago: Olívia y Grau. La casa se convierte en un escenario mágico donde algunos de los juguetes de los niños tomaron forma humana, como un calamar gigante.

Lari, haciendo una representación, una broma, a los dos niños, adoptó el rol de malo para jugar con los pequeños de la casa, y al disfrazarse, dijo: "Vengo a  comerme a la princesa!... Hablo en castellano porque así parezco más malo". Pam. Arrimadas, que aunque nunca, nunca, nunca, mira TV3, debe tener una especie de alarma, y ha comentado la escena. Evidentemente, desbarrando de mala manera y diciendo disparates para que los cuatro palmeros que todavía le queden le den golpecitos en la espalda:

Es esperpèntico. La red, no por acostumbrada, no deja de alucinar con los intentos abyectos de un personaje nocivo que vive de buscar brega. Las galletas con la mano abierta van que vuelan:

Seguro que el Mag Lari no puede dormir después de que Arrimadas le critique. Seguro. Pero que no se preocupe: no necesitará de ningún truco ni hará falta su magia para que Arrimadas y su partido desaparezcan del mapa político en cuatro días... Ellos solitos ya lo harán con sus ridículos.