Mientras en Zarzuela van haciendo el paripé de ir a despedir a la niña mayor el día que se va al aeropuerto para ir a estudiar al internado exclusivo de Gales, fíjense cómo tienen que estar las cosas que por primera vez, la Fiscalía del Tribunal Supremo ha osado poner en un papel oficial entregado a las autoridades suizas que Juan Carlos I ha amasado parte de su fortuna con un oficio tan poco edificante como el de comisionista internacional.
La guinda del pastel, el triste epitafio a 39 años de reinado y de llenarse los bolsillos a manos llenas mientras una multitud de palmeros le reía las gracias y miraba hacia cualquier sitio menos debajo de las alfombras, donde ya no queda ni un rincón libre de basura de la monarquía española.
Juancar sigue pasando sus días en su exilio dorado de los Emiratos Árabes Unidos, ya hace más de un año mientras van saliendo noticias como estas que desmontan una vez y otra cualquier defensa anterior que la derecha española haya hecho de los Borbones. Pero a pesar de parecer imposible, hay quien sigue llenándose la boca con excusas baratas y penosas para tratar de justificar lo injustificable.
Inés Arrimadas, ¿la recuerdan? Aquella mujer que montaba pollos cuando era alguien, políticamente hablando, y que ahora que está cerca de la extinción, lo único que hace es sacar la patita de vez en cuando para atacar al independentismo, ha aprovechado las acusaciones de la Fiscalía contra el Borbón para hacer todavía más el ridículo y demostrar que es la más felipista del mundo, a ver si le cae alguna palmadita en la espalda ahora que pasa desapercibida.
La líder del partido naranja (sí, sí, todavía existe Ciudadanos, os lo juro) se ha permitido el lujo de ir dando lecciones y a pesar de decir con la boca pequeña que da apoyo a que se siga investigando "hasta el final" los negocios del emérito, se ha llenado la boca grande de monarquía, insistiendo en la "la gran labor que realizó durante la Transición", criticando que muchos partidos pongan en cuestión una institución "muy bien valorada por los españoles".
Vergüencita ajena escucharla. La traca, sin embargo, ha llegado cuando, no se podía saber, lo ha aprovechado para hacer lo que hace siempre, ir contra el procés: "Que Podemos y los separatistas no sueñen que esto va a afectar al rey Felipe VI, que está llevando su mandato desde la ejemplaridad"... Pam. Han cantado el gordo. Entendemos que Arrimadas se ponga la capa de Superdefensora de los Borbones. Pero incluso ella se tendría que asegurar de no ser tan esperpéntica en sus intentos de cargar las tintas al procés de todo lo que pasa en el mundo, porque entonces (si es que ya no lo era) se convierte en una caricatura grotesca.
...Al rey español no le hacen falta guardaespaldas. Tiene una cosa adherida permanentemente a su retaguardia, como una lapa, que empieza por "Arri" y acaba por "madas". La penosa frase ha sido suficiente para que la destrocen en redes:
Los monárquicos están preocupados... ¿Por las supuestas comisiones internacionales de Juan Carlos? No. Porque todo lo que toca Arrimadas, lo hunde. Y si ahora ha tocado a Felipe VI... que en Zarzuela vayan haciendo las maletas.