Dentro de unos años, se estudiará en las facultades de política el fracaso más absoluto y rápido de una formación política en la historia de España. Dentro de un tiempo, cuando se hable y se enseñe cómo pasar de ser una formación con cierta incidencia a la nada, al fracaso más absoluto y demoledor de los últimos tiempos, se les pondrá a ellos como ejemplo más paradigmático. Lo que ha conseguido Ciudadanos en muy poco tiempo está al alcance de muy poca gente. Ellos han hecho bueno el dicho aquel de que quien siembra vientos recoje tempestades. El partido naranja ha hecho de la crispación, el mal rollo, la mentira y el odio su hábitat natural, y ahora están recogiendo los frutos. Mírenselos bien porque no creemos que pase mucho tiempo más para que dejen de verlos en las pancartas, los debates y las campañas electorales. Porque dentro de cuatro días nadie se extrañaría si Cs desaparece definitivamente del mapa. El olor de cadáver (político) se huele desde aquí, desde una Catalunya de la que se marchó de manera abyecta para ir a hacer las Españas. ¿Quién? Su líder Inés Arrimadas.
Después de que Albert Rivera huyera con el rabo entre las piernas y oliendo a leche después de olfatear al perrito Lucas, ahora los que huelen a muerto son los que se han quedado en la formación naranja. Porque están haciendo añicos todos los récords posibles: a cada elección donde se presentan pierden un calcetín en cada colada. O en su caso, pierden un escaño, pierden un diputado. ¿¿Qué digo uno?? Los pierden a espuertas. Desastre tras desastre, Arrimadas y los suyos van viendo cómo van desapareciendo del panorama político y de los diferentes Parlamentos. Este fin de semana, en Andalucía. Los resultados que ha ido encajando la de Jerez de la Frontera son pésimos con ella al frente: en Catalunya de 36 a 6 escaños; Madrid de 26 a 0; Castilla y León de 13 a 1 y ahora, la guinda del pastel: Andalucía de 21 a 0. Teniendo en cuenta las elecciones del 2022, el único que ha sabido salvarse es el diputado leonés Francisco Igea que ha pasado de la vicepresidencia de la Junta de esta comunidad a ocupar un asiento en el parlamento autonómico, desmarcándose completamente de la estrategia de Arrimadas.
Sin prisa, se lee en la parte izquierda de esta imagen en una foto hecha estos días en Granada... Pues todo lo contrario, porque de manera rapidísima Ciudadanos está cavando su propia tumba política a cada elección que pasa. Juan Marín, después del descalabro histórico, se comió a solas el marrón, teniendo que salir solo para encajar la derrota mientras Arrimadas lo veía desde casa y se limitaba a un tuit de calor: "Muchas gracias a Juan Marín y al conjunto de compañeros de Ciudadanos Andalucía por su esfuerzo y gran labor, en la Junta de Andalucía y en esta campaña. Y gracias a los más de 120.000 andaluces que siguen confiando en el proyecto liberal, que debemos reimpulsar entre todos".
Marín ha dimitido. No todavía Arrimadas, pero todo acabará cayendo por su propio peso. Cómo ha cambiado la tortilla. Cómo hemos pensado de un partido que iba por la vida y por el hemiciclo creyéndose por encima del bien y del mal, perdonavidas y retadores con el resto y llenando los plenos parlamentarios de malas caras, de gestos lamentables y de soberbia. Pero ahora la cosa les está volviendo como un boomerang. Donde las dan, las toman. De entre todas las imágenes que han llenado la red con el fracaso de Ciudadanos, una imagen vale más que mil palabras. Una imagen recuperada precisamente de la experta en imagen y colaboradora del Tot es mou de TV3, Patrycia Centeno, que ha resumido a la perfección lo que muchos ciudadanos han pensado al ver el (enésimo) descalabro que se han pegado Arrimadas y compañía: "Arrimadas nos explica una vez más lo que le ha pasado a Cs. #bodylanguage". Maravillosa. La red, desatada:
Vayan preparando los gifs y las coñas para las nuevas elecciones donde participen los de Ciudadanos... Quién sabe si serán las que pondrán la puntilla, a ella que le gustan tanto los toros, a su partido, y después, cuando desaparezcan, se quedarán sin poder hacerlos.