Un valenciano gana los 600 mil € del Premio Planeta pero nadie de la Generalitat va al acto de entrega en el Palacio de Congresos de Barcelona. Se interpreta como la respuesta de Quim Torra al traslado de la sede de Planeta a Madrid, huyendo del procés. La mejor mesa, la más bien situada, la que centra todas las miradas, es aquella donde la organización hace sentar a las dos estrellas de la velada: Manuel Valls e Inés Arrimadas. Lo hacen con las respectivas parejas, Xavier Cima y Susana Gallardo y los flashes tienen por fin una imagen inédita. Las dos estrellas naranjas en pareja y departiendo:
La máxima autoridad es el ministro de Cultura (no el escritor de Planeta Máxim Huerta sino su sustituto) y la política más votada, Arrimadas. Artur Mas aparece como la cuota independentista de la velada, excluyendo a Xavi Cima que abandonó CDC después de enamorarse de la líder naranja. Susanna Gallardo y Manuel Valls son las estrellas del photo-call, la pareja más famosa de la ciudad con permiso de Shakira y Piqué.
Los más observadores apreciaron que Susana Gallardo es más alta que Manuel Valls, y que Boris Izaguirre se acercó a la apuesta de Cs para la alcaldía de Barcelona y Valls no sabía quién era el tal Boris. Máxim Huerta estuvo escurridizo y discreto y Fernando Sánchez Dragó no sabía que su hija se había presentado al premio y había quedado segunda. Lo más a la izquierda de la velada fue Ada Colau. De la alcaldesa para allá, el who is who de la derecha catana: los presentadores de Atresmedia en pleno, los Tous o Garcia Albiol. Y Arrimadas entre el gran jefe del Grupo Planeta José Creuheras y Boris Izaguirre.
La lista de invitados era larga, hasta 900, pero no muy representativa. Planeta no ha hecho como los Premios Ondas y ha mantenido su premio en Barcelona.
-Hola, soy la editorial Planeta y me llevo la empresa a Madrid porque Barcelona es el Ulster y aquí no se puede vivir. Pero en un año ven a mi fiesta en Barcelona a reírme las gracias.#editorialPeneta
— Autobús De Campaña (@encampanya) 16 de octubre de 2018
El grupo editorial tiene la virtud de ser un motor económico catalán potentísimo y al mismo tiempo despertar ironías en el independentismo. Los 600 mil € se van a Valencia.