Inés Arrimadas desbarrando sobre lo que pasa en Catalunya o sobre la lengua. Da igual cuando lean esto. La líder de Ciudadanos, en su época de máximo esplendor como montapollos, cuando vivía en Catalunya, hacía de la crispación, la mentira y la falsedad un modus vivendi. Vivía de poner el ventilador y soltar trolas una detrás de otra. No le fue bien y tuvo que huir por patas con el rabo entre las piernas. Pero ahora que está en Madrid, continúa con su obsesión particular, sin darse cuenta de que esta táctica no solo no le ha funcionado, sino que dentro de cuatro días sufrirá la desintegración de su partido, ahora absolutamente insignificante y que no pinta nada. Pero ella, erre que erre.
¿La última? Decir que "En España hay personas obligadas a defender sus derechos en Europa ante su propio Gobierno. Es el caso de muchos padres de Cataluña como nuestro compañero Jordi López (regidor de Cs en el ayuntamiento de El Prat de Llobregat), que ha logrado que el Parlamento Europeo en España examine la exclusión del español. No nos rendiremos", incidiendo en que el Parlamento Europeo ha admitido una petición de amparo de un padre que considera que no se está aplicando el 25% de castellano en la escuela de sus hijos. Pero cuando ella va, hay alguien que siempre vuelve. Un querido actor catalán que a menudo pone en su sitio a Arrimadas y le deja claro que no todo vale para ganar cuatro golpecitos en la espalda, en definitiva, que deja ya esta obsesión enfermiza con la lengua y con Catalunya. Toni Albà, quién si no.
El genial actor catalán no se ha mordido la lengua para hundir a la líder del partido naranja y le pregunta, directamente, en castellano, para que le entienda, si "Lo de cagar por la boca, ¿viene de serie o se aprende en el burródromo?". Demoledor. No ha sido el único que ha destrozado a Arrimadas:
¿Cuánto tardará Arrimadas en volver a soltar por la boca su amor por el catalán? No lo sabemos. Probablemente, muy pronto, es lo único que hace. Lo que sí tenemos claro es que cuando lo haga, allí estará Toni Albà para dejarla nuevamente por los suelos.