La infanta Elena, hermana del rey de España, cumple este martes 20 de diciembre 59 años. La edad es muy importante porque Felipe tiene 54. Elena es cinco años mayor que el rey usurpador. Como primogénita, le tocaba a ella ser la reina de España, pero Juan Carlos impuso a los políticos en la Constitución la discriminación de sexo en la sucesión a la Corona. La hija mayor tiene que ceder la corona al hijo pequeño porque tiene genitales masculinos. Punto. Una anomalía democrática y una vergüenza española. La sacrosanta Constitución prohíbe discriminar a alguien por ser mujer excepto si es una persona, Elena de Borbón, discriminada precisamente por ser mujer. La razón la reveló Jaime Peñafiel:: "Juan Carlos decidió borbonear presionando a los padres de la Constitución para que mantuvieran la preferencia del varón sobre la mujer, Se iba a introducir un cisma tremendo en la Familia Real porque tanto el padre, Don Juan, como el hijo, Don Juan Carlos, habían tenido hermanas mayores que ellos. Los motivos del Monarca eran otros muy diferentes. Dudaba de la estabilidad emocional de su primogénita, la Infanta Elena, a quien no consideraba en condiciones, digamos intelectuales, para ser la heredera. ¡Tenía todos los derechos!". Un grupo de eufemismos, para no decir que el rey consideraba a su hija incapacitada intelectualmente.
El día de su cumpleaños, toda la prensa rosa destaca la fría relación de la infanta Elena con su hija Victoria Federica, zángana oficial del reino que se niega a trabajar o estudiar para ir de fiesta en fiesta. Algunos hablan de su exmarido Jaime de Marichalar caído en desgracia por el ictus y por acusaciones de la derecha periodística de "consumo de cocaína". O del hijo Froilán que cierra discotecas y cambia de novia sin un solo acto benéfico o altruista. Pero no se habla del pecado original, Elena tenía que ser reina y Froilán príncipe de Asturias y todo lo paró una maniobra de Juan Carlos con un tabú de fondo: las limitaciones intelectuales y emocionales de Elena.
Hay otro tabú sobre Elena que pocos han osado explicar: es profundamente maleducada. Lo revela Jorge Javier Vázquez. La verdadera cara de la infanta no catalana: "Cuando Elena tenía algo de curro paseaba su semblante bobalicón por esas fiestas rancias en las que disfrutaba porque había mucho cortesano que la saludaba con reverencias y tonterías por estilo. La prensa destacaba siempre que era la más borbona de los hijos del emérito, es decir, que era campechana y divertida. Pero no. Lo era cuando había un flash delante. Cuando las luces se apagaban, la infanta se convertía en un ser maleducado, respondón, antipático y profundamente clasista. Se le dio mal una competición equina, entró en brote contra la prensa, algún compañero la llamó infanta y ella, con todo su papo real, pronunció con desprecio: “Doña Elena”.
Elena de Borbón y Grecia, camino de sexagenaria. Puestos a soportar a Felipe de rey, mejor haber tenido a una reina Elena. Igualmente poco preparada pero más legítima por hija mayor.