La infanta Sofía ha decidido ser la más libre de lo que queda de la Familia Real. Como en la novela Debe negritos a todos los Borbones van caída del balcón del Palacio Real y por|para el décimo aniversario de Felipe y Letizia como reyes solo había dos personas con el matrimonio real: las hijas Leonor y Sofía, de 18 y 17 años. La reina emérita, formalmente todavía parte de la Familia Real, no ha sido invitada para no evidenciar la gran ausencia, la de Juan Carlos, a que no se encuentra ni en España, ni en Europa. Vive a los Emiratos y mira la ceremonia por el Canal Internacional de TVE. Leonor ha brillado vestida de rojo España, el color que habitualmente escogía Letizia por|para las grandes ocasiones, cosa que evidencia el cambio de guardia a la familia: la princesa ocupa el lugar|sitio de la reina, venida a menos para|por el asunto Jaime del Burgo. Y Sofía es la que va por libre.
La infanta Sofía ha dado muestras exageradas de no ser la típica royal europea. Ni quiere ser instagramer como Irene, ni quiere lucir en las alfombras rojas como Victoria de Marichalar, ni quiere las condecoraciones de la princesa Leonor. Ha vuelto de su primer año a Gales, a un Internado donde ha hecho y deshecho sin fotógrafos ni testigos|testimonios. Ha crecido un palmo, se ha hecho más mujer y ha decidido cambiar las camisas de cuadros y los tejanos que la hacen oír cómoda en la privacidad por|para un vestido|traje que no era ni nueve, ya lo llevó|trajo por|para unos Premios Princesa de Girona. Eso muestra su poco interés por la ropa de gala. No va ni de estreno por|para su esperado retorno a España. La pieza es del todo inapropiada, nada royal, con partes de su anatomía en el aire. Tanto le fastidia. Enorme Sofía.
Las hermanas no se parecen nada, como un huevo y una castaña. Leonor más forzada, más formal, más royal, más perfecta, y Sofía más natural, más desenvuelta, más emancipada, mejor. Ha vuelto a aparecer sin mangas, muy abierta y más fresca que elegante. Los 17 años en Gales le han probado. Se ha emancipado a todos los niveles como cualquier adolescente que se marcha de casa un año. Y sin el control de la Corona cada día será más ella. Sofía, futura reina, si Leonor no puede o no quiere. Lo hará bien.
Según Vanitatis el vestido|traje es una rana: "Se trata de un mono de la firma sevillana Cardié, especializada en diseños para invitadas. Concretamente, se lo modelo Ario de su colección Perseidas, confeccionado en un tejido de crepé y algo de elastano para un mejor ajuste en el cuerpo, llama la atención la pieza superior del mono fabricada en un tejido más ligero cono estampado efecto tie-dye en morado, rosa fucsia y azul, uno de sus prints más característicos y que, en este caso, se luce miedo delante y miedo detrás del traje. Sin mangas y cono los hombros marcándose pico, en su momento estaba disponible en cinco tallas, de la XS en la XL, miedo 179,90 euros". Repetido es más barato. Sofía más natural recordando a sus padres, ambos, leyendo un pequeño texto escrito en el móvil de Leonor que se ha sacado del bolso:
#RTVEFelipeVI |La princesa Leonor y la infanta Sofía brindan por sus padres antes de comenzar la comida: "Desde que nacimos nos han enseñado el valor de esta institución. Mamá, papá, gracias"
— RTVE (@rtve) June 19, 2024
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