El estado de ánimo del culé es como si estuviera en un ascensor: ahora sube, ahora baja y depende de cómo se queda parado. El Barça es el equipo más entretenido de toda la liga, porque cada día, sea bueno o malo, le pasan cosas. Para nosotros, ya pueden pasar los Fines de Año, que siempre seguiremos su actualidad porque nos encanta. Estos días los nombres propios han sido Dani Olmo y Pau Víctor, pero el mes que viene serán otros. Realmente, tiene que ser duro encabezar uno de los mejores clubs del mundo. Sin embargo, el seguidor azulgrana, aunque alguna disciplina falle, mientras exista el Barça femenino, tendrá motivos para ser feliz. 5, 6, 7, 8... no hay cifra de goles que no hayamos visto en el Johan Cruyff durante los últimos años, eso sí, siempre a favor. El combinado culé es un espectáculo y tan solo hace falta que veamos cómo han ido de vacaciones: primeras en la liga, en la Champions y vivas en la copa.
Todas las jugadoras culés son dignas de admirar porque siempre consiguen lo que se proponen. No sabemos qué objetivos se habrán puesto para este 2025, pero lo único que pueden hacer es repetir lo que consiguieron el año pasado, porque mejorarlo es imposible. Más allá del fútbol, el Barça femenino ha generado mucho cariño en todos los seguidores y cada vez que se dejan ver fuera de los terrenos de juego enamoran. El Barça lo sabe y ha dado con la tecla para tocar la fibra de todos los culés. El club ha juntado ni más ni menos que a dos referencias defensivas del conjunto azulgrana, una del masculino y la otra del femenino. Concretamente, Íñigo Martínez e Irene Paredes que, sin demasiadas dificultades, han encantado. Lo que podía parecer una conversación de fútbol ha derivado a una charla de todo y el mejor momento ha sido cuando han hablado de los hijos, porque Íñigo ha confesado a qué jugadora le gustaría que se pareciera su hija.
Cogeos a las sillas porque las palabras del culé son espectaculares: "Ella es feliz, ¿no? Va con su padre, pide fotos, me ve en los cromos. Cada vez que abre un sobre y le toca, sale disparada, emocionada... Se está empezando a dar cuenta ahora y de hecho el fútbol le gusta. Bueno, pues oye, yo encantado. Encantado de que haga lo que le gusta y bueno, pues, a ver si nos sale una Irene...". Los dos ríen. Aunque la tenga delante, de todas las jugadoras que podía escoger, la ha elegido a ella. Los dos jugadores se parecen. Son los líderes de la defensa de cada equipo, vascos y con un carácter que hace temblar a cualquier delantero. A nosotros nos encantaría ver a una pequeña Martínez liderando la defensa del Barça femenino del futuro y, por lo visto, a él también.
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La conversación sobre los hijos no se ha quedado aquí e Íñigo, curioso, le ha preguntado a Irene por Mateo: "¿Y Mateo qué?". La futbolista no ha dudado a abrirse: "Un poquito como la tuya de cuatro. Mateo tiene tres y ve que hay algo diferente, pero no se da cuenta yo creo de la magnitud. Para él, ser amigo de Alexia Putellas es normal y él va al cole y habla de Alexia, de Aitana...". Las explicaciones de la azulgrana son espectaculares, pero hay una cosa que le hace mucha gracia a la jugadora: "Si alguna vez por la calle te piden una firma y le firmas la camiseta, él también la quiere pintar". Ahora no podemos parar de imaginarnos todas las firmas de Irene Paredes acompañadas de un garabato de su hijo y nos encanta. La conversación entre los dos jugadores es fantástica y, viéndolos, tan solo deseamos que sus hijos celebren muchos éxitos con sus padres de azulgrana.