Isabel Preysler fue la protagonista de los últimos días del año al confirmar su ruptura. Sin embargo, pocos días después Tamara Falcó le robó el protagonismo, también a golpe de exclusiva. La marquesa de Griñón sorprendía a todos, incluso a su propia madre, al anunciar su relación con Íñigo Onieva. Después de romper en septiembre a causa de varias infidelidades por parte del empresario, la chef y el diseñador de coches se han reconciliado. Era algo totalmente esperado. Aunque dijo que no, Tamara todavía estaba enamorada de Íñigo.
A la colaboradora se la empezó a relacionar con Hugo Arévalo, íntimo amigo de Íñigo Onieva, y esto provocó los celos del empresario. En su momento ya dijo que haría todo lo posible por recuperarla y lo ha conseguido. Tamara Falcó se reencontró con su ex en la Misa del Gallo, un sitio un poco peculiar porque el hermano de Alejandra no es creyente.
Esta noticia no ha gustado a nadie más que a los propios protagonistas. Ni la familia de Íñigo ni la de Tamara están de acuerdo con esta segunda oportunidad. Alejandra Onieva y Carolina Molas, madre e hija del empresario, están hartas de la presión mediática de estos últimos meses y lo que supondrá esta relación. Ya no hace falta preguntarle a Isabel Preysler, quien ha mostrado su total desacuerdo.
La familia de Tamara Falcó no acepta a Íñigo Onieva
La socialité contó en un evento que sufrió mucho cuando Tamara Falcó rompió con Íñigo Onieva. Ella le amaba y se sintió traicionada. Ver a una hija sufrir es lo peor para Isabel. Se refugió en su casa y en sus brazos. Después de todo lo que ha salido a la luz, la de Porcelanosa no se fía del novio de su hija.
Si Tamara Falcó es feliz con Íñigo Onieva respeta totalmente su decisión, no obstante, el joven no va a entrar en casa. Ha perdido toda su confianza y le va a costar recuperarla. Cada uno de sus pasos estará analizado con lupa. Incluso por los medios de comunicación.
Iñigo Onieva ha conseguido su objetivo, reconquistar a Tamara Falcó, y lo ha hecho siendo otra persona totalmente distinta. Un fervoroso católico practicante. El empresario se ha refugiado en Dios. Está totalmente arrepentido por su actitud de estos últimos meses. Ahora reza más que nunca, cuentan personas cercanas al joven.
“Íñigo, mantente alejado de mi hija. Ni la llames ni te acerques ni te pongas en contacto con ella”, habría espetado la filipina, según el colaborador de “Sálvame”. Estas fueron las últimas palabras de Isabel respecto a Íñigo. Con ellas dejaba claro que el joven no era santo de su devoción. “Tamara se encuentra estupendamente y va muy bien, gracias. Estamos muy tranquilos en casa. Yo, mientras están tranquilos mis hijos, y Tamara está tranquila, yo estoy tranquila”, respondió una elegante Isabel Preysler.