La fiesta de inauguración de Casa Salesas, el restaurante de Íñigo Onieva, prometía estrenar el nuevo local de moda de Madrid. Un rincón ideal, creado por los propietarios más exclusivos, con los clientes más VIP y unas reseñas que le otorgaban cinco estrellas desde el primer día. Unos días más tarde, ya hemos podido comprobar que no es oro todo lo que reluce. Tamara Falco e Isabel Preysler estaban realmente ilusionadas al ver a su marido y su yerno ponerse a trabajar después de todos los escándalos que les había traído. Íñigo Onieva entraba de nuevo en el mundo laboral con una de sus pasiones, la hostelería. Pero, después de estos primeros días de abertura, creemos que se le da mejor hacer de cliente, que de propietario de un local. Ups.
Días antes de la fiesta de inauguración, el restaurante ya contaba con 5 estrellas de valoraciones para Google, que pronto caían a trozos. Unas reseñas de oro que habían escrito el mismo Íñigo Onieva, su madre Carolina Molas, y el resto de sus amigos, ahora bien, justo cuando Casa Salesas abrió las puertas al resto de clientela, empezó a caer el ranking de sus valoraciones hasta quedarse con un total de 3,1 estrellas, una serie de comentarios que destacaban los elevadísimos precios y una comida bastante precaria. Íñigo Onieva había vuelto a quedar en ridículo ante su reputación como marqués consorte. Pero eso no es todo... el restaurante vuelve a estar en boca de todas las portadas y titulares a raíz de su última polémica.
Gran parte de los clientes no están contentos ni con el precio, ni con la comida, ni con la experiencia, y parece que, quien tampoco está demasiado contento con esta abertura son los vecinos del barrio Justicia de la capital madrileña. Resulta que Casa Salesas ha arrancado con un detalle muy bruto: la acumulación de basura fuera de los centros de reciclaje. Así lo ha revelado María Patiño en Ni que Fuéramos Shh..., con unas imágenes inéditas sobre todas las bolsas de basura que hay por la calle Fernando VI. Un detalle que ensucia la zona y la reputación del restaurante (por si esta no estaba lo bastante manchada) Entre los colaboradores, Belén Esteban ha querido contrastar la información poniéndose en contacto con El Turronero, íntimo amigo suyo y socio del restaurante, con el fin de conocer su versión de los hechos. Pero nada de nada, silencio absoluto, ni el socio ni Íñigo Onieva han querido dar la cara y aclarar la situación, suponemos, pues, que no debieron tener más remedio que bajar la cabeza y no asumir la culpa...
Es más, en las imágenes se puede ver que entre la basura, lo que más destaca es que no reciclan, otro motivo más para ser sancionados. Sobre todo, en las imágenes que enseñan al programa se pueden ver en la basura, muchas botellas de vidrio, cosa que agrava todavía más el asunto. El programa de Twitch no tenía bastante con mencionar esta información que, también quiso poner más leña al fuego, proponiendo que, si el canal Quickie aumentaba de seguidores, traerían a Víctor Sandoval para visitar el restaurante como crítico gastronómico. Lástima que finalmente no obtuvieron la cifra de nuevos suscriptores que esperaban y la prueba queda en manos del futuro. Íñigo Onieva puede respirar tranquilo, de momento se ha librado del grupo de colaboradores de barrio que llegarían con gritos y desfase en su Bistro Bar, the place to be. Ahora bien, con tantos escándalos, pronto nos tendremos que despedir del restaurante.