El matrimonio entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha sido uno de los más comentados en los últimos años, pero no todo es felicidad en el hogar de la marquesa de Griñón. A casi dos años de su boda, la pareja sigue sin dar la noticia que todos esperan: el anuncio de un embarazo. Mientras Tamara, de 43 años, ha sido clara en que no recurrirá a métodos de fertilización asistida por sus creencias religiosas, los rumores han comenzado a señalar a Íñigo como el posible responsable de que el tan ansiado bebé no llegue.

Tamara Falcó, hija de Isabel Preysler, ha sido transparente sobre su deseo de ser madre. En varias ocasiones, ha mencionado que está siguiendo recomendaciones médicas para mejorar su salud reproductiva, pero ha dejado claro que no está dispuesta a forzar el proceso. "Si no sucede, es porque no está destinado para mí", declaró recientemente, mostrando una serenidad que no todos comparten. Sin embargo, sus palabras han puesto el foco en su esposo, Íñigo Onieva, quien ahora es señalado por algunos como el "eslabón débil" en esta ecuación.

La presión social: ¿un golpe a la masculinidad de Íñigo?

Durante una aparición en El Hormiguero, Tamara soltó una frase que muchos interpretaron como una indirecta: Íñigo "también tiene que hacer cosas" para que el embarazo se produzca. Este comentario, que parecía un simple chiste, ha encendido las redes sociales y los medios, donde ya se especula sobre la posible infertilidad del empresario. ¿Está Íñigo enfrentando problemas que le impiden embarazar a su esposa? Aunque no hay confirmaciones oficiales, ya se comenta en los círculos cercanos a la pareja que el problema podría estar en él.

Íñigo Onieva no está llevando bien la situación. Según fuentes cercanas a la pareja, el deseo de ser padre es algo que siempre ha estado presente en sus planes, pero la presión social y los rumores sobre su supuesta "incapacidad para fecundar" están afectando su estado emocional. En los círculos cercanos a la pareja, se comenta que Íñigo se siente señalado y frustrado por las constantes especulaciones, aunque pocos conocen realmente las circunstancias que impiden que Tamara quede embarazada.

Fertilidad en pareja: un tema más complejo de lo que parece

Por su parte, Tamara ha intentado mantener una actitud positiva y serena. Aunque ha reconocido que ambos están trabajando en mejorar su salud reproductiva, también ha dejado en claro que no está dispuesta a renunciar a sus principios para lograr un embarazo. “Estamos deseándolo, pero también es verdad que hay ciertas cosas que si no pasan...”, ha dicho en más de una ocasión. Esta aceptación contrasta con la frustración que parece sentir Íñigo, quien se enfrenta a un estigma social que pocos hombres están preparados para soportar.

Aunque Tamara e Íñigo han preferido mantener los detalles de su vida íntima en privado, los expertos recuerdan que la fertilidad es un asunto que involucra a ambos miembros de la pareja. A los 43 años, Tamara enfrenta desafíos biológicos propios de la edad, pero los hombres no están exentos de dificultades. Factores como el estrés, el estilo de vida y la salud general pueden influir en la capacidad reproductiva de un hombre, algo que muchos pasan por alto al señalar a Íñigo como el "culpable".